Thursday, August 19, 2010

Los símbolos de las cosechas...


En 1991 Doug Bower y Dave Chorley se ajudican la autoría de los círculos aparecidos durante la década de 1970, mostrando detalladamente a la prensa cómo los realizaron. El fenómeno en sí no sólo es auténtico sino que ha ido adquiriendo grandes imensiones

El fénomeno comenzó en el año 1976, cuando aparecen los primeros círculos en Winchester, Reino Unido, y los medios hacen eco de la noticia.

Estos primeros círculos eran simples, de apenas 9 o 10 metros de diámetro, pero con el paso de los años se volvieron más complejos y numerosos. Ya en la década de 1980 el fenómeno se traslada a otros países como Alemania, Nueva Zelanda.

En 1991 Doug Bower y Dave Chorley se ajudican la autoría de los primeros círculos aparecidos durante mediados de la década de 1970, mostrando detalladamente a la prensa cómo los realizaron. Los inventores del fenómeno empezaron realizando simples círculos con la idea de que los ufólogos los consideraran obra de extraterrestres y, cuando el meteorólogo Terence Meaden, especuló con la posibilidad de que fueran consecuencia de tornados, añadieron líneas rectas y rectángulos para frustrar al experto.

También cuando los ceréalogos especulaban en los pubs sobre qué resultaría en el fenómeno sorprendente y definitivo de cara a su origen no natural, Bower y Chorley -que solían frecuentar los mismos locales- tomaban nota y, en cuanto podían, hacían realidad los sueños de los expertos.

¿Qué son? ¿quién los crea?¿para qué?¿cómo nos puede afectar a escala mundial? ¿Método de comunicación multidimensional? ¿un regalo personal?, ¿símbolos adecuados para nuestro tiempo? Se tiene constancia de ellos desde el siglo VIII de nuestra era, y posiblemente desde tiempos bíblicos.

Existe un grabado de 1678 en donde aparece reproducido el llamado “diablo cortacesped”, que parece mostrar un creador de los círculos. Más de 10 000 casos alrededor del mundo en 2 décadas desde que se investigan. Muchos se acercan al fenómeno, pero también muchos son los que lo rechazan.

Testigos afirman que todo sucede en segundos. Aparecen en cualquier medio que pueda soportarlos, arena, nieve, arrozales, campos de flores, árboles e incluso en lagos helados…

“Estamos recibiendo una narración progresiva y si prestamos atención, podemos ver hacia donde nos lleva esa narración”.

Los investigadores más implicados llevan un seguimiento continuo año tras año. Las primeras apariciones en época moderna aparecieron en Inglaterra hacia finales de los setenta, con diseños simples pero lo suficiente como para atraer la atención del público.

Alrededor de 1980 el fenómeno empezó a ser investigado por Pat Delgado y Terence Meaden. El fenómeno empezó a aumentar rápidamente y crecía en complejidad. Entre los años 1989 y 1990 los círculos empezaron a estar unidos por líneas rectas.

En la tradición Hopi y la de otros pueblos nativos norteamericanos la línea recta significa comunicación. Cuando te encuentras con varios círculos unidos con líneas rectas, estamos hablando de la comunicación entre diferentes mundos, diferentes realidades.

Partiendo de este fenómeno, se empieza a obtener pictogramas, y mirando estos símbolos encontramos un significado implícito, simbólico.

Observando estas señales nos damos cuenta que en la naturaleza de los círculos hay un conocimiento de nuestra historia como humanidad, una historia básica fundamentada en los principios naturales.

Una vez los investigadores entendieron esta cuestión, comenzaron a investigar con signos alquímicos, símbolos esotéricos, otros que implican conocimientos matemáticos, geométricos, conocimientos planetarios.

Llegado a este entendimiento, en los círculos se empezó a registrar conocimientos cada vez más complejos, como por ejemplo relativos a los movimientos de los planetas. Se va ampliando la conciencia del conocimiento, se va ampliando la escala hacia un carácter más cósmico, más universal.

Esta evolución ha tenido un desarrollo gradual durante los años noventa. Y en los últimos años en los símbolos se empieza a notar una especie de reto hacia nuestra imaginación y a cómo percibimos nuestra realidad, nuestro mundo.

Hay símbolos que son impresiones en cuatro dimensiones sobre un campo tridimensional, relacionados con paradojas visuales que se remontan a miles de años atrás, hasta los matemáticos griegos. Es como un proceso en el que cada temporada el mensaje es más amplio y más profundo.

Hacia el 2001 se empezaron a observar crop circles en la Columbia Británica (Canadá). El primero de ellos en Vanderhood en 1998. Aparecieron en el centro del campo y no había ningún camino que llegase hasta ellos.

Muchísimos grupos de personas se empeñan en negar el origen sobrenatural de los círculos, ignorando que han estado ahí durante siglos.

Hay escépticos que argumentan que para llamar vedaderamente nuestra atención debería de formarse los círculos a plena luz del día y delante de miles de personas, o que simplemente deberían de aparecer en los jardines de la casa blanca.

En julio de 1990 el fotógrafo Steve Alexander decidió investigar sobre el terreno con su videocámara los círculos y logro captar una pequeña esfera luminosa sobre los campos.

En las imágenes posteriores se percibía claramente una esfera flotando por el aire. Se podría dar una explicación lógica sobre lo que aparecía en el video, como algún tipo de efecto de luz.

Pero no fue el fotógrafo el único testigo. En el mismo lugar, separado unos cientos de metros se encontraba un agricultor manejando su tractor y aseguró haber visto la misma esfera rodando por encima de él para después desaparecer.

Rueda de Caterina

Pero la prueba física definitiva para los creyentes apareció en 1996. Parecía relacionar definitivamente las bolas de luz y los círculos de los cultivos. En un video filmado por John Wailey, cerca del Oliver Castle, en inglaterra.


Sunday, August 8, 2010

¡Feliz 1984!

www.estrellaroja.info

1984 de George Orwell es una novela política situada en la supuesta Inglaterra de 1984 donde existen 3 grandes superpotencias: Oceanía, Eurasia y Asia Oriental.

La novela refleja el sistema político de Oceanía, altamente jerarquizado y donde El Partido lo controla todo. Producción, mercados, vida civil, moral, ética… absolutamente todo, incluso el pensamiento de todos los ciudadanos.

De hecho, casi toda la población está sujeta a una vigilancia permanente mediante “telepantallas” y micrófonos repartidos por casi toda la geografía y en la práctica totalidad de los hogares. Todos los ciudadamos están vigilados en cuanto a sus actos, palabras, movimientos, e incluso se registra aquello que murmuran en sueños, en previsión de que no tenga un pensamiento “incorrecto” o “peligroso” para la nación, la sociedad, para El Gran Hermano, la personificación de El Partido, aquél que todo lo ve, todo lo oye, y todo lo ordena.

La trama se desarrolla, grosso modo, a través de un personaje: Wiston Smith, un cargo medio dentro de El Partido que, a grandes rasgos, se da cuenta de la falsedad sobre la que se sustenta todo el entramado político y social, e intentará luchar en su contra. No me voy a extender en la trama, intensa de por sí e interesante a cada página, ya que prefiero centrarme en algunos aspectos que más me han llamado la atención de la novela.

El primero de ellos es la completa sumisión de la sociedad, de cómo El Partido ha logrado eregirse en el poder y controlar absolutamente todo. La vida privada sencillamente, ha dejado de existir, “telepantallas” en el trabajo, en la calle, en la propia vivienda, todo, por seguridad, todo por la libertad de los ciudadanos. “LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD”, uno de los dogmas de El Partido, indica que lo que los hace libres, es la esclavitud de la mente, una total sumisión incosciente, una sumisión que no se nota, deja de ser sumisión, es libertad.

Otro de los dogmas es “LA IGNORANCIA ES LA FUERZA”, donde la fanatización del pueblo, acentuada en los estratos más pobres, se hace evidente en su adoración al Gran Hermano que los vigila y los protege. Una intensa ignorancia, cerradez de mente, la falta de preguntas e inquietudes ha convertido a los ciudadanos en máquinas de desconfiar, donde cualquier acto sospechoso es inmediatamente denunciado por los propios ciudadanos, que faltos de criterio toman cualquier cosa que no sea explícitamente buena, como mala para el adorado Gran Hermano, protegiendo aún más si cabe, al propio sistema.

El tercer y último dogma es “LA GUERRA ES LA PAZ”. La sociedad está sumido en un contínuo estado de histeria colectiva, donde la permanente guerra que mantiente Oceanía hace que la ciudadanía se encuentre en un contínuo frenesí de victorias militares exageradas, héroes que nunca han hecho nada heróico y que la mayor parte de las veces ni siquiera existe, contrastando con un contínuo estado de miedo y preocupación que hace que la vigilancia extrema sea hasta reconfortante, lo que incrementa la motivación para adorar al Gran Hermano.

Como vemos, El Partido ha modelado una sociedad totalmente fiel a El Partido, y éste trabaja contínuamente para que todo siga siendo igual. Otra de las cosas que me ha llamado la atención es el profundo esfuerzo manipulador que realiza El Partido. Toda previsión ha de ser alcanzada o superada, todo antiguo enemigo y ahora aliado, debe haber sido un aliado siempre, todas las estadísticas positivas…. Todo un mundo hecho a medida, que sólo se puede conseguir reescribiendo contínuamente el pasado, consiguiendo por lo tanto un gobierno infalible, donde no hay ninguna derrota, ningún error, donde ninguna persona ha sufrido, y si lo ha hecho esa persona ha desaparecido de todo registro de forma que nadie puede probar su mera existencia. “Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente, controla el pasado” podría ser el cuarto dogma sobre el que se sustenta el Gran Hermano. Se está creando una “memoria única y colectiva” necesaria para crear un pensamiento único.

Como colofón a toda esta filosofía, El Partido utiliza un último elemento unificador: un enemigo común. El personaje de Goldstein personifica todo lo malo: traición al Gran Hermano, alianzas con el enemigo… , y se le acusa de los más horrendos crímenes, reales o no, que se hayan podido cometer. El personaje es demonizado, hasta tal punto que se han instaurado los Dos Minutos de Odio y la Semana del Odio, donde los ciudadanos se desahogaban contra Goldstein, siendo imposible no sentirse arrastrado por los insultos y los demás vociferantes que despotrican al lado. Este frenesí unificador cumple una doble función como válvula de escape a las tensiones que la extrema vigilancia pueda generar, pues una sociedad miedosa, con el odio como única vía de expresión, fanatizada y manipulada, es más dócil que una ciudadanía tranquila y segura.

¿Se parece nuestra sociedad a esta sociedad sumisa, que grita contra lo que nos dicen que gritemos, que pensemos que tal cosa está bien o que tal cosa está mal, que nos vigilan y en vez de sentirnos invadidos nos sentimos reconfortados?

Tenemos a una sociedad totalmente sumisa. ¿Totalmente? En un principio están controlados todos los actos, discursos, la ética… pero ¿y el pensamiento? Se puede sugestionar, inducir, prohibir, permitir, incentivar, a tener un tipo de pensamiento, pero ¿controlarlo totalmente? Aquí hace aparición la Policía del Pensamiento, dedicada a eliminar (ya que no se podía controlar directamente) todo pensamiento peligroso para El Partido, haciendo desaparecer a la persona que lo mantuviera.

Incluso existe una “neolengua” guía de la evolución lingüística de la población cada vez más escueta, más concreta, más cerrada, determinante, exacta, y por lo tanto, incapaz de referenciar ciertos conceptos, en concreto, ciertos conceptos incómodos.

Es curioso cuanto menos, que sea el lenguaje que que determine el pensamiento, y así es puesto que el acto de tener un pensamiento necesita de una expresión que lo materialice en sí mismo de alguna manera, aunque ésta sea tan abstracta como una simple expresión. Un mono es capaz de pensar porque puede expresar ese pensamiento (por ejemplo, empleando un sencillo lenguaje de símbolos) , un delfín, un hombre, pero no una vaca, un caballo o un dinosaurio, cuya única expresión es el resultado de una causa-efecto materializado en un estímulo-respuesta.

El mono, por ejemplo, no puede tener pensamientos complejos porque su base de conocimiento es muy débil , no se pueden expresar demasiadas cosas con un abanico de 100 palabras, y por lo tanto, no se puede expresar un pensamiento que hable, de por ejemplo, la “bondad de una acción”, cuando la palabra “bondad” no existe para ti. Por tanto, la existencia de un pensamiento depende de la capacidad de ser expresado, y por tanto, a menor abanico léxico, menor capacidad de pensamiento. En el libro incluso se plantea la posibilidad de que un lenguaje lo suficientemente escueto evite por sí mismo la existencia de pensamientos que no deban producirse.

¿Se parece nuestra sociedad a esta sociedad ignorante, que por su poco léxico en general, es incapaz de pensar más allá de donde se desea que pensemos? ¿Se premia la educación, el esfuerzo, la cultura? ¿O se adora al ignorante confeso y orgulloso (¿?) de su propia incultura?

Esta limitación del pensamiento repercute en la mismísima percepción de la realidad. Esa percepción de la realidad se convierte en la explicación que unifica toda la trama social y política de El Partido, de El Gran Hermano. Todo, absolutamente todo está encaminado a CREAR UNA REALIDAD, la realidad en la que El Partido tiene el poder, siendo ésta la primera y última ambición, su motivo existencial, y ello es conseguido a través de una realidad en la que únicamente Él tiene el poder, y DEBE ser adorado, respetado y obedecido. Esa realidad está presente, o se intenta que esté presente en cada individuo, de forma unificadora y autoritaria, imposible de cambiar, al igual que es imposible cambiar la ley de la gravedad porque pertenece a la realidad, al igual que es imposible decir que 2 + 2 no son 4 porque es un hecho que pertenece a la realidad. ¿ Y si la realidad te dice que 2 + 2 son 5 ? ¿Y si a El Partido, por los motivos que sean, le conviene que 2 + 2 sean 5? Tiene todos los medios para hacerlo: una extrema presión, vigilancia, policia del pensamiento, realidad controlada … todo, para que el individuo se desarrolle en una realidad cómoda, carente de cualquier pensamiento peligroso para El Partido.

Y yo pregunto: ¿Se parece nuestra sociedad a esta sociedad ensimismada en una realidad irreal? ¿Vive en un mundo de felicidad, donde los medios de comunicación nos recuerdan constantemente lo felices que somos con nuestras vacaciones, nuestro fútbol, nuestro rato de cerveza en el bar, nuestras navidades, las fiestas, cumpleaños, etc…?

Ya vivimos en un mundo totalmente lleno de comodidades, en una realidad que difícilmente cambiaríamos, porque es la realidad en la que nos hemos desenvuelto desde pequeños, la realidad es real, por lo tanto, inamovible.

Ya vivimos en un mundo estrechamente vigilado. ¿Cuántas cámaras nos vigilan noche y día? ¿Cuánto se puede saber de cada persona? Casi todo, ya que estamos totalmente expuestos desde que salimos a la calle (1 cámaras por cada 14 habitantes en el Reino Unido) o nos conectamos a internet ( 3 ( ]-[ 3 [_ 0 1/1 )

Ya vivimos en un mundo donde la clase política sabe todo esto y hace todo lo que puede por perpetuarse en el poder, cueste lo que cueste, a expensas de los derechos civiles de los que hoy gozamos, aprovechándose de la ignorancia y fomentándola al invertir cada vez menos en educación; pues un pueblo inculto es un pueblo dócil.

Ya vivimos en un mundo donde la clase política sabe todo esto y hace todo lo que puede por perpetuarse en el poder, cueste lo que cueste, a expensas de los derechos civiles de los que hoy gozamos, aprovechándose de la ignorancia y fomentándola al invertir cada vez menos en educación; pues un pueblo inculto es un pueblo dócil.


Hiroshima: 65 años de ‘American way of life’...


Rebelión

Japón era un país sin apenas capacidad de resistencia por tierra, mar o aire cuando el presidente demócrata Harry S. Truman , Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, ordenó un bombardeo atómico contra la ciudad de Hiroshima . Este crimen contra la Humanidad causó la muerte instantánea a no menos de 120.000 personas y más de 300.000 heridos (en su inmensa mayoría civiles en ambos casos). Tres días después EEUU hizo detonar otro artefacto nuclear sobre la ciudad de Nagasaki que sumó otras 75.000 muertes directas.

Estos dos macabros eventos fueron el punto de partida de una alocada carrera armamentística que protagonizó la política internacional en las cuatro décadas siguientes… La carrera de armas estratégicas que EEUU y la URSS mantuvieron en pos de la “paridad nuclear” fue un camino a ninguna parte que enterró literalmente enormes cantidades de dólares y rublos en cientos de silos de misiles nucleares de las dos superpotencias.

Propaganda vs. realidad


Con Hiroshima comienza también el llamado “American way of life” [Estilo de vida americano], todo un sistema de valores basado en el poder financiero global de Wall Street, una poderosa industria, la publicidad y el consumo que requería un poderío militar global expansivo y la explotación de los recursos en la mitad del planeta a manos del “complejo militar-industrial” estadounidense (verdadera fuente del poder real en Washington desde entonces). Esa mitad del planeta era el así llamado “mundo libre” durante la Guerra Fría contra la URSS, la otra superpotencia nacida con el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El 6 de agosto de 1945, ya acabada la guerra en Europa tras la toma de Berlín por el Ejército Rojo en mayo, en el Imperio del Sol Naciente se había puesto el Sol. Japón, una superpotencia militarista que había dominado poco tiempo antes casi todo el Extremo Oriente continental asiático y una inmensa área de millones de kilómetros cuadrados en el Océano Pacífico, era a la sazón un país agotado sin apenas capacidad de producción industrial y armamentística con una sociedad desmoralizada e incapaz de reaccionar frente al imparable avance de los aviones, las naves y las tropas del emergente “Imperio del Sol Poniente”… A finales de febrero de 1945, EEUU había infligido una severa derrota militar a Japón en su última línea de defensa, la isla de Iwo Jima: la caída de Tokio y con ella el final definitivo de la Segunda Guerra Mundial eran ya dos acontecimientos inexorables por esas fechas.

Pero este American way of life que ahora parece iniciar su declive debido a una crisis estructural de la economía norteamericana y a una previsible crisis energética en ciernes no se habría sostenido durante más de seis décadas sin el poderoso soporte que conformaban la publicidad y el llamado Star System de Hollywood, principales armas de agitprop en una guerra ideológica intercontinental que ha conseguido convencer a millones de seres de que viven en el mejor de los mundos posibles en este “mundo libre” con millones de cadáveres en el armario: primero fueron Hiroshima y Nagasaki pero luego les llegó el turno a coreanos, indochinos, latinoamericanos, africanos; más tarde a yugoslavos y ahora a iraquíes, palestinos, afganos… La cuenta detallada sería muy larga.

Buena prueba de lo importante y poderosa que puede llegar a ser la hegemonía en el terreno de las ideas es que todos tenemos bien presentes los iconos propagandísticos del estilo de vida americano y muchos lo han asumido como propio. Por el contrario, casi nadie recuerda las crudas imágenes de los cuerpos de niños o bebés calcinados en una fracción de segundo de ese fatídico 6 de agosto de 1945 en Hiroshima. De aquéllos que se vaporizaron en la zona cero de la explosión nuclear no quedó ningún rastro; sus moléculas, que antes formaban células y órganos, fueron volatilizadas por una ola de fuego estadounidense de miles de grados y se disiparon en una atmósfera infernal…

Por eso es necesario recordar, al menos, el nombre de ese presidente demócrata que ordenó al ángel de la muerte visitar Hiroshima un día como hoy de hace 65 años.

Friday, August 6, 2010

“El verdadero problema de América Latina no es la pobreza sino la riqueza”. Entrevista a Raúl Zibechi...


El modelo neoliberal sigue funcionando “pero ya no gira en torno a las privatizaciones, la apertura económica y las desregulaciones, sino que se ha volcado en la apropiación de los recursos naturales”

No hay que llamarse a engaño: el modelo neoliberal, pese a los efectos perversos que ha tenido en la profundización de las injusticias sociales en América Latina, sigue funcionando, “pero ya no gira en torno a las privatizaciones, la apertura económica y las desregulaciones, sino que se ha volcado en la apropiación de los recursos naturales”, sostiene el analista internacional y activista social uruguayo, Raúl Zibechi.

Investigador de las realidades socioeconómicas y políticas de los países latinoamericanos, Zibechi considera que los movimientos sociales tienen el reto de seguir presionando a lo largo y ancho de la región para acabar con la “larga noche neoliberal”.

Este analista internacional que estuvo exiliado en España por haber resistido la dictadura del Uruguay a mediados de los años 70, se ha dedicado a la investigación social y a la docencia que alterna con sus actividades de escritor y periodista.

Está dedicado por completo al trabajo con los movimientos sociales, es miembro del consejo de redacción del semanario Brecha de Montevideo y participa como docente en la Multiversidad Franciscana de América Latina. Además, es un destacado activista social y asesor de organizaciones sociales, barriales y medios de comunicación alternativos.

A su paso por Bogotá, donde dictó un taller sobre nuevas formas de dominación y presentó su último libro “América Latina: Contrainsurgencia y pobreza”, Zibechi dialogó con el Observatorio Sociopolítico www.cronicon.net.

¡Ya Basta!

En su disertación, este intelectual uruguayo fue contundente en señalar que “es enteramente falso que el problema central de nuestras sociedades sea la existencia de porcentajes elevados de pobreza. El verdadero problema es la riqueza, es decir la existencia de una clase social parasitaria, que no cumple ningún rol positivo en la sociedad aunque sí tiene el suficiente poder tanto para influir en las políticas estatales, en las agendas públicas y de los medios de comunicación, como para desviar el foco de atención hacia su impúdica acumulación de riqueza”.

“Romper con esta concepción de la pobreza como problema a resolver y poner el centro de atención en la riqueza, es un requisito para cambiar las políticas sociales”, es una de sus recomendaciones.

Se lamentó de que “el gran triunfo ideológico del Banco Mundial es haber inoculado en las izquierdas, en los sindicatos y en los intelectuales progresistas, que se puede acabar con la pobreza sin tocar la estructura de la propiedad. O sea, sin modificar las relaciones de poder.”

Criticó las denominadas políticas asistencialistas porque “no erradican la pobreza, no abordan las causas estructurales de la marginalidad y la exclusión social, por el contrario, profundizan el paradigma individualista del neoliberalismo. Estas políticas centradas en ‘el combate a la pobreza’ buscan evitar el conflicto. O sea, buscan la anulación de cualquier sujeto de abajo y quieren que sólo existan sujetos estatales o empresariales”.

Explicó que “los sujetos se forman en la lucha, nacen de ella y si la sociedad se instala en un periodo de letargo social, los actores se desvanecen. Toda la política del Banco Mundial y de las elites globales y nacionales es para 'des-sujetizar', para evitar que las diferencias se conviertan en conflicto social”.

Desde una perspectiva epistemológica, Zibechi llamó a los sectores progresistas y de izquierda en América Latina “a elegir el ¡Ya basta!, porque es una opción ética y política muy válida”.

Destacó igualmente que muchos de los proyectos y las políticas sociales progresistas como la economía solidaria, la autonomía y la horizontalidad, la educación popular, los movimientos sociales de gestión productiva “nacieron de las resistencias a las políticas de ajuste estructural del neoliberalismo. No obstante que la economía solidaria no es nada fuera del marco del conflicto. Puede ser un modo de adquirir fuerza para encarar el combate en mejores condiciones.”

"Reprimerización" del aparato productivo

La crisis del neoliberalismo constituye para Zibechi “una oportunidad para presionar cambios”, por eso considera que “es indispensable meterse con la economía para cambiar la situación actual”. Y es que “América Latina no puede repetir la negativa experiencia de echar a perder los intentos por erigir el estado de bienestar para dar paso a la acumulación originaria, bajo el esquema de ‘acumulación por desposesión’, como lo denomina el sociólogo y politólogo británico David Harvey, que erosionó el papel regulador de los sindicatos y su carácter de interlocución, produjo una aguda desindustrialización y la reprimerización del aparato productivo, con su inevitable secuela de desempleo, creciente marginalización de los sectores populares urbanos y desplazamiento de los pequeños campesinos hacia las periferias urbanas”.

En su opinión, desvelar e “iluminar las formas de dominación como el modelo neoliberal ayuda a desmontarlas” y si bien éstas son muy potentes, también lo son las resistencias.

En la actual coyuntura, explica, la derecha en su afán de lograr una dominación hegemónica no solo “compra” a líderes sindicales o de izquierda sino que busca por diversas formas el apoyo total de las organizaciones sociales.

Puso como ejemplo el caso colombiano, en el que el establecimiento “no solamente coopta a los angelinos (en alusión al vicepresidente electo Angelino Garzón) sino a organizaciones sociales enteras”, como está sucediendo actualmente con la Confederación General del Trabajo (CGT) mediante el salto que dio su presidente Julio Roberto Gómez del izquierdista partido Polo Democrático al santismo, la expresión más ultraconservadora y oligárquica del establecimiento en Colombia.

Deslegitimado, pero no derrotado

Para Zibechi, el modelo neoliberal en los países de América Latina “sigue funcionando pero ya no gira en torno a las privatizaciones, la apertura económica y las desregulaciones, sino que se ha volcado a la apropiación de los bienes comunes. La novedad principal de la coyuntura regional consiste en que el Consenso de Washington fue deslegitimado pero el neoliberalismo no fue derrotado. Por el contrario, la acumulación por desposesión, anclada en el modelo extractivista, se sigue profundizando en esta etapa a través de la minería transnacional a cielo abierto, los monocultivos de soja, caña de azúcar y palma, y del complejo forestación-celulosa. Estos emprendimientos, conducidos siempre por grandes multinacionales, se apropian de los bienes comunes, en particular agua y territorios, para convertir la naturaleza en mercancías (commodities) exportadas a los países centrales o emergentes como China e India”.

“Los resultados -agrega- están a la vista: los bancos tienen las mayores ganancias de su historia y el crecimiento económico se basa en exportaciones de commodities y minerales, en una suerte de reprimerización de la estructura productiva de los países. Es el camino que siguen los países de la región, más allá de las fuerzas políticas encargadas de administrar los gobiernos”.

Las política sociales que se han puesto en marcha en varios países de la región “acompañan y compensan la profundización del modelo neoliberal”.

El extratactivismo: parte del modelo neoliberal

- ¿En su concepto, América Latina atraviesa por un periodo de enterrar “la triste y larga noche neoliberal” para utilizar una frase del presidente ecuatoriano Rafael Correa, gracias en buena medida a las resistencias sociales que tomaron fuerza durante la década anterior?

- Sí y no. Sí, porque ha habido largas resistencias intensas, las cuales han dado cambios importantes, pero los nuevos gobiernos están desarrollando políticas que no salen del neoliberalismo sino que, por el contrario, lo sostienen, en consecuencia, creo que esa afirmación de Correa habría que matizarla mucho. Y no puedo estar de acuerdo con eso, porque de hecho en estos días en Ecuador hay conflicto con dirigentes indígenas acusados de sabotaje y terrorismo, entonces esto es relativo y hay que empujar un poco más.

- Hablemos de su país, Uruguay. ¿Cómo se puede entender que después de 34 años de existencia del Frente Amplio haya logrado llegar al poder, primero con Tabaré Vázquez y ahora con un ex guerrillero como Pepe Mujica?

- Bueno por una larga acumulación electoral que redundó en un triunfo aplastante por más de más del 50% y por una hegemonía del Frente Amplio en la sociedad uruguaya. Eso está consolidado y no creo que vaya a cambiar pronto.

- ¿El gobierno del Frente Amplio del Uruguay mantiene algunas políticas neoliberales?

- Sostiene el extractivismo y esto es un problema, a mi modo de ver, porque no se logra salir de las políticas que se han venido implementado desde hace mucho tiempo. Yo considero que el extractivismo es parte del modelo neoliberal.

- ¿En ese sentido usted coincide con el ex Ministro de Estado ecuatoriano Alberto Acosta, que en su último libro sostiene que la maldición de los países de América Latina es la abundancia en recursos naturales?

- Coincido totalmente, mi diferencia es que los Estados plurinacionales tienden a reproducir la lógica de dominación de cualquier Estado.

- ¿Cuál es su visión sobre el proceso actual de resistencias sociales en América Latina? ¿Habrá posibilidad de que se abra espacio un nuevo modelo económico?

- No veo pautas de un nuevo modelo económico de desarrollo, lamentablemente, y lo que observo me preocupa mucho precisamente porque nuestros países están anclados en el extractivismo.

- ¿Cuál es su concepto de los gobiernos progresistas de América Latina?

- Hay dos tipos de gobiernos progresistas: los de Brasil, Uruguay y Argentina que son gobiernos socialdemócratas aliados con un sector del capital; y los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia, donde los movimientos son muy fuertes y siguen presionando más.

- ¿En el caso de países como Perú, Colombia y México, habrá influido el hecho de que fueron virreinatos del imperio español, lo cual dejó una impronta cultural y política que ha permitido consolidarse a la derecha y por ende que sus dirigencias sean reacias a los cambios sociopolíticos?

- Sí, y por la debilidad de los movimientos sociales que no han logrado desbordar a estos gobiernos y de ahí la hegemonía del capital financiero que sigue siendo muy importante.

- ¿Cómo observa el horizonte político en Colombia?

- Muy complejo, y hasta que los movimientos sociales no logren empoderarse, salir con fuerza y ganar las calles, no creo que consigan derrotar esto.