Thursday, December 23, 2010

El gobierno de Lula...


Frei Betto

Al conocer la victoria de Lula en las elecciones de 2002 publiqué en O Globo (28/10/2002) el artículo "El amigo Lula", resumido en esta frase: "Sobreviviente de la gran tribulación del pueblo brasileño, Lula es ahora un vencedor".

Apoyado por una amplia mayoría de la opinión pública brasileña (que hoy es del 87%), Lula gobierna este país desde hace ocho años. Sorprendió a aliados y opositores. Lula es también ahora un vencedor, digo parafraseándome.

Viví siempre de mi trabajo, como recomienda el apóstol Pablo. Durante breves períodos mantuve un vínculo laboral con la iniciativa privada. Rechacé nombramientos del poder público. Por considerarlo compatible con mi actividad pastoral, acepté la invitación del presidente Lula para integrar, en 2003, su asesoría especial en el gabinete de Movilización Social del Programa Hambre Cero, al lado de Oded Grajew.

Permanecí allí dos años. Tuve la oportunidad de implementar dos programas de amplia capilaridad nacional y que siguen vigentes: la Red de Educación Popular, que trabaja según el método de Paulo Freire en la formación ciudadana de beneficiarios de la Bolsa Familia; y el Escuelas Hermanas, que establece conexiones solidarias entre profesores y alumnos de instituciones de enseñanza.

Mi tarea principal consistía en movilizar a la sociedad civil en pro del Hambre Cero, sobre todo los Comités Gestores que, elegidos democráticamente en los municipios, cuidaban del censo de los beneficiarios y supervisaban el cumplimiento de las condiciones del programa de erradicación de la miseria.

Eso provocó la reacción de muchos alcaldes. Querían reservarse el control del Hambre Cero. Temían el surgimiento de nuevos liderazgos locales vía Comités Gestores. Exigían el decidir, por obvias razones electorales, quién entra y sale del censo. A su vez el lobby del latifundio -cerca de 200 parlamentarios del Congreso- presionaba para que el Hambre Cero no hiciera efectiva la reforma agraria, que le aseguraría un carácter emancipatorio y constituía una cláusula petrea del programa del PT.

La Casa Civil dio oídos a los descontentos. Trató de sustituir el Hambre Cero por un programa de carácter compensatorio y hasta hoy sin visos de salida, cuyo censo es controlado por los alcaldes: el Bolsa Familia. Oded Grajew regresó a São Paulo, el ministro Graziano fue sustituido y yo, en noviembre del 2004, puse la dimisión. Volví a ser un feliz ING (Individuo No Gubernamental).

En vísperas de acabar el gobierno de Lula, lo avalo como el más positivo de nuestra historia republicana. El Brasil cambió para mejor.

Entre 2001 y 2008 el ingreso del 10% de los más pobres creció seis veces más que el 10% de los más ricos. El de los ricos creció el 11.2%, y el de los pobres el 72%. Mientras tanto, desde hace 25 años, según el IPEA, la mitad del ingreso total del Brasil permanece en manos del 10% más rico. Y el 50% de los pobres se reparten entre sí apenas el 10% de la riqueza nacional.

Con el gobierno de Lula los más pobres obtuvieron unos recursos anuales de 10.500 millones de dólares; a los más ricos, a través del mercado financiero, les fueron destinados más de 100,500 millones, lo que ha impedido la reducción de la desigualdad social.

Le faltó al gobierno disminuir el contraste social por medio de la reforma agraria, de la multiplicación de los organismos de transferencia de riqueza y de la reducción de la carga tributaria en las áreas del trabajo y del consumo. Y grabar las del capital y la especulación.

Hoy día los programas de transferencia de riqueza de gobierno representan un 20% del total de los ingresos de las familias brasileñas. En el 2008, 18.7 millones de personas vivían con menos de 1/4 del salario mínimo. Si no fuera por las políticas de transferencia serían ahora 40.5 millones. Lo que significa que el gobierno de Lula sacó de la miseria a 21.8 millones de personas.

Es una falacia el decir que, al promover transferencia de riqueza, el gobierno "mantiene a vagos". Eso sucede cuando no castiga a los corruptos, nepotistas, licitaciones amañadas, malversación de dinero público. Sin embargo la Policía Federal encarceló por corrupción a dos gobernadores.

Más de la mitad de la población del Brasil tiene menos del 3% de las propiedades rurales. Y apenas 46 mil propietarios son dueños de la mitad de las tierras. Nuestra estructura agraria es idéntica a la del Brasil del imperio. Y el empleador rural no es latifundio ni agronegocio, es la agricultura familiar: ocupa apenas el 24 % de las tierras y emplea el 75% de los trabajadores rurales.

La inflación se mantuvo por debajo del 5%, se crearon casi 11.7 millones de empleos formales y el salario mínimo de ahora es de más de US$ 200. Eso ha permitido al consumidor planificar mejor sus compras, facilitado por una política de créditos establecidos y a largo plazo, a pesar de las elevadas tasas de interés.

El gobierno de Lula no criminalizó a los movimientos sociales; buscó el diálogo, aunque sea tímidamente, con líderes populares; mejoró las condiciones de los quilombos; demarcó las tierras indígenas, como Raposa Serra do Sol.

Al rechazar el ALCA y cubrir las deudas con el FMI, Lula presentó al Brasil como país soberano e independiente. Lo cual le permitió mantener una confortable distancia de la Casa Blanca y aproximarse a Africa, a los países árabes y a Asia, hasta el punto de debilitar el G8 y fortalecer el G20, en el cual participan países en desarrollo. Estrechó relaciones con Sudáfrica, China y la India, valoró la UNASUR y quebró el "eje del mal" de Bush al defender la autodeterminación de Cuba, Venezuela e Iraq.

El gobierno termina sin que, en los ocho años de su mandato, hayan sido abiertos los archivos de las Fuerzas Armadas sobre los años de la dictadura, ni apoyado iniciativas para entregar a la Justicia a los responsables de los crímenes de aquella época. El país sigue sin ninguna reforma estructural, como la agraria, la política, la tributaria, etc.

La inversión en educación no superó el 5% de PIB, cuando la Constitución exige al menos el 8%. Aunque el acceso a la enseñanza elemental se haya universalizado, el Brasil está a la par, según el IDH de la ONU, de Zimbabwe en materia de calidad de educación. Los profesores son mal remunerados, las escuelas no disponen de recursos electrónicos y la deserción sigue siendo alta. Los programas de alfabetización de adultos fracasaron y el MEC se mostró remiso en la aplicación del ENEM. Como positivo, la ampliación de las escuelas técnicas y de las universidades públicas, el sistema de cuotas y el ProUni.

El SUS continúa siendo deficiente, y en cuanto a la atención a la salud va siendo privatizado progresivamente. Hoy 44 millones de brasileños están inscritos en planes de salud de la iniciativa privada. Más del 50% de las viviendas del país no tienen saneamiento, los alimentos transgénicos son vendidos al consumidor sin advertencia y los derechos de las personas con deficiencias no están debidamente atendidos.

Gobernar es el arte de lo posible. Implica imprevistos y exige soluciones sobre la marcha. Lula supo hacerlo con maestría. Espero que el gobierno de Dilma pueda mejorar los avances de la administración que termina y corregir sus fallas, sobre todo en lo tocante a la disposición de efectuar reformas estructurales y ampliar el rigor en la preservación ambiental. Ojalá que la presidenta consiga superar la deficiencia congénita de su gestión: el matrimonio, por conveniencia electoral, entre el PT y el PMDB.

PS. El poder no cambia a nadie, hace que las personas se manifiesten.

(Traducción de J.L.Burguet)

Frei Betto es escritor, autor de "La mosca azul" y "Calendario del poder", entre otros libros.

Fuente: http://alainet.org/active/43156

Saturday, December 11, 2010

LA PATRIA, CON OTRA MIRADA...

Ligia Minaya, Escritora

Dicen que desde dentro no se ve bien el bosque. Y así parece. Cuando una está lejos la añoranza arropa. Ve lo positivo de las cosas. Recuerda tan solo los momentos gratos. Y yo, desde aquí y también estando allá de vacaciones, veo a los dominicanos y a las dominicanas como seres muy fuertes, casi perfectos, alegres y solidarios. Comparo la gente de a pie de mi país con los de aquí. Con estos que lo tienen todo, o casi todo y no son tan fuertes como nosotros. Aquí, si son madres solteras, tienen acceso a un apartamento, comida para el niño, escuela gratis, medicinas, sólo para dar un ejemplo. En mi país, no. Pero la dominicana, se la busca, de cualquier forma: vende comida, ropa, trabaja como sirvienta, no tiene apoyo de ningún lado, y aun así, sigue adelante, subsiste, sonríe, canta, baila y saca a sus hijos adelante. Es sólo un ejemplo.

Los dominicanos, sin agua, sin luz, con miles de problemas, se levantan temprano, se montan en una guagua destartalada para llegar al trabajo, si es que lo tienen. Aun así, disfrutan de la vida, se dan un trago, bachatean, hacen cherchas con los amigos, y se ríen de lo que está pasando, que no es buena cosa. Y algo más que admiro de los míos: Si son gordos y gordas, tienen las carnes apretadas, se ponen pantalones que les moldean el cuerpo, no importa si le sale parte de la barriga o unas empellas por los lados. Me encanta ver a esas mulatas gordas con ropas de colores, maquilladas, el pelo al viento, caminando como si fueran modelos de pasarelas.

Hay una encuesta que dice que los dominicanos somos de las personas más alegres del mundo. Y eso es verdad. Somos merengueros, bebedores de tragos, de colmadones, de cerveza vestida de novia, de hablar con desconocidos, de playas y matas de coco, de yaniqueques y pescado frito, de café caliente y fuerte, dulce de guayaba, aguacate con mangú y queso frito, chocolate caliente, arroz, frijoles y carne guisada, pan de agua y sobao, empanadas de yuca, guineos en las esquinas, música altísima, vecinos que se hablan de ventana a ventana, andar por las calles aun haya violencia, de amigos de siempre, de reír a carcajadas, de decir malas palabras que no tiene nada malo, de sol de siempre, de Semana Santa de vacaciones y procesiones, ir a misa los domingos y luego ir a comer al restaurante o a casa de la abuela, de salchichón frito, tostones, moros y locrios. Y eso nos hace felices, contentos, a pesar de los pesares.

Es que la Patria, además de la Bandera, el Escudo, el Himno Nacional, los Padres de la Patria, la Historia, las Fiestas Patrias, la geografía, las leyes (que no se cumplen), es olor, sabor, sentimientos, sonidos, flores y campos, árboles y ríos, recuerdos gratos y miles de cosas más. Me siento orgullosa de ser dominicana cuando veo a mi gente ser como que es. Es el lado positivo. Un pueblo que ha sobrevivido a los embates de la vida, al que ha querido destrozarlo. Los dominicanos somos lo que somos, y a mucha honra. Y al que le pique, que se rasque.

Me siento orgullosa de ser dominicana cuando veo a mi gente ser como es. Es el lado positivo. Un pueblo que ha sobrevivido a los embates de la vida, al que ha querido destrozarlo.

Denver, Colorado


LENGUA Y EDUCACION...


De Andrés L. Mateo

Ninguna otra institución en la República Dominicana tiene a su disposición un acervo técnico tan variado, ni un caudal tan robusto de observaciones y recomendaciones para superar el estado de indigencia que el sistema acarrea. No hay un solo maestro que no esté empapado del lenguaje constructivista, que no haya sobrevivido a la brega de descubrir la "construcción del conocimiento", y que no sienta ahora la perplejidad de olvidar todo lo que lo obligaron a aprender de esa escuela. La escuela dominicana es un maldito amasijo de teorías, y no hay un técnico medio que no pueda citar a César Coll, Juan Carlos Tedesco o Cecilia Braslavski. O que no haya hecho un curso con Malpica, Norberto Boggino o Julia Mora.

Pero toda esa calistenia teórica no ha aterrizado nunca en el aula, y la educación dominicana está en el último lugar de los países estudiados en el laboratorio del SERCE, por una puntuación media inferior al promedio de los países cuyo rango de dispersión entre los percentiles es inferior a los 200 puntos. Esto se dice fácil, pero si midiéramos la degradación del sistema por el ciclo de la vida humana, diríamos que la educación dominicana está en capilla ardiente.

Y ahora se pretende imponer unos libros de textos que casi evaporan la enseñanza del español, y hasta los perfiles de la identidad. En la sociedad tecnológica de hoy hay otras formas simples y complejas de lecturas, y hay infinitas posibilidades de "comunicar" el saber por medio de las vías electrónicas. Pero lo que la tecnología no ha podido es borrar la relación indisoluble que existe entre el pensamiento y el lenguaje. Esta ecuación ordena no simplificar la lengua en las estrategias pedagógicas, y darle al contenido curricular la dimensión que la lengua tiene en el proceso del conocimiento. La "construcción del conocimiento" no es un acto de magia, y la visión misma del constructivismo atraviesa la lengua como significante de la cultura.

Es por eso que el sistema educativo dominicano tiene que hacer un esfuerzo de superación infinita en la enseñanza de la lengua.

¿Cómo entender que nuestros estudiantes salen del bachillerato con un universo vocabular dos veces inferior a la media de la mayoría de los países hispanoamericanos? ¿Qué esperar de un estudiante que no es capaz de dominar el concepto como categoría del pensamiento? ¿A dónde acudir, si la experiencia de lectoría de nuestros estudiantes es ínfima, y si explicar lo leído es siempre una aventura que conduce a la decepción? ¿Se puede ser un buen estudiante sin manejar con destreza la lengua, puesto que la lengua, además de ser ella misma objeto de estudio, es el instrumento con el que se estudian todas las otras asignaturas, incluyendo la matemática?

En las condiciones de la posmodernidad, la vida de hoy es un enjambre interminable de signos. Antes fue igual, pero la sociedad posmoderna hace preponderante la imagen sobre el concepto. Sin embargo, entre todos los sistemas de signos de la vida social, el signo lingüístico es el más importante y el más complejo, porque atañe a la esencia de la condición humana. Ninguna teoría sicopedagógica puede sustituir la enseñanza formal de la lengua materna. Antes al contrario, en países como Canadá, cuya expresión nacional es francesa e inglesa, en los primeros años de la educación sólo se enseñan la lengua materna y la matemática, y las expresiones artísticas. Y las actuales reformas en marcha en países como Francia y España apuntan al fortalecimiento de la enseñanza de la lengua y la matemática en los ciclos iniciales.

Porque la lengua no es una asignatura transversal, sino troncal. Y porque, a pesar de toda la tecnología, la inteligencia humana es estructuralmente lingüística.

Friday, December 10, 2010

Wikileaks y las Coreas: seis más uno...

Xulio Ríos
Observatorio de la Política China

A la par que la tensión no parece ceder del todo en la península coreana, a los actores tradicionales se ha sumado, coyunturalmente, uno nuevo: Wikileaks, que con sus revelaciones de diferente signo, viene a añadir más confusión a un litigio de incierto comienzo y final.

Según algunos documentos, Pekín atisba un horizonte de entendimiento con Seúl, habida cuenta de que en un máximo de dos años el régimen norcoreano podría desmoronarse tras la desaparición de Kim Jong-il. Según otras revelaciones, atribuidas al ex primer ministro de Singapur, Lee Kwan Yu, Pekín no dudaría en optar por un Pyongyang nuclear antes que aceptar el descalabro del régimen. Más comentarios ilustran con nitidez las limitaciones de la diplomacia china en la región, destacando, en paralelo, la importancia creciente de la influencia de Washington para garantizar la paz y la estabilidad en la zona. Esa presencia, acompañada de la reiteración de maniobras militares en las inmediaciones del Mar Amarillo, ha surtido, al menos de momento, más efecto sedante en el contencioso que las sugerencias activas de Pekín de reanudar el diálogo hexagonal, todas ellas, dicho sea de paso, con escaso éxito.

Una vez tras otra, la actitud de Pyongyang pone en aprietos a Pekín, quien constata, estupefacto, que los alardes y bravuconadas de su aliado brindan argumentos de difícil contestación a quienes en la zona son partidarios de una implicación activa de Washington en las cuestiones de seguridad, llevando al colapso su estrategia diplomática basada en la progresiva expulsión de EEUU de la región. Y si bien es verdad que este contencioso no tendrá solución por la vía militar, a día de hoy, parece que sólo la correspondencia con gestos belicosos aportan algo de calma tras la tormenta desatada, primero por el hundimiento de la corbeta Cheonan y después por el bombardeo de la isla de Yeonpyeong. Será difícil saber si Pyongyang ha sido con total seguridad, el instigador y ejecutor inicial de ambas iniciativas, pero el hecho de quién comenzó bien pudiera no ser, a la postre, lo más determinante.

A Pekín podría interesarle valerse del contencioso norcoreano para trascender la rivalidad estratégica que le enfrenta a Washington en el entorno asiático, pero difícilmente puede ganar enteros en esa pugna si Pyongyang va por libre y le pone a cada paso entre la espada y la pared. Los sucesos de las últimas semanas serán leídos en clave regional por los países de la zona (desde Japón a India o los países de la ASEAN) como ilustración de la importancia de contar con la cercanía de EEUU, a quienes se aproximarán un poco más en detrimento de Pekín. El balance chino, pues, no puede ser menos favorable.

Quiere ello decir que si la diplomacia china efectivamente ansía desempeñar un papel de mayor calado y envergadura, necesita con urgencia asumir un perfil de mucho mayor rango, abandonando la tradicional “modestia estratégica” que en su día apadrinó Deng Xiaoping al proclamar la necesidad de “no encabezar la ola ni portar la bandera”. Las muestras de comprensión y apoyo reiteradas a lo largo del presente año, con visitas del más alto nivel a Pyongyang, por parte de China, han sido “recompensadas” por Corea del Norte, un Estado a todas luces moribundo pero dotado de capacidades bien mortíferas, con decisiones unilaterales que han disgustado y puesto a China en la picota, condenándola a librar cheques en blanco que erosionan, un poco más si cabe, su imagen ante la opinión pública internacional.

¿Peligra la alianza? No es probable ya que en ella influyen de modo determinante consideraciones geopolíticas que van más allá de lo ideológico o las hipotecas de la historia reciente. A Pekín no le queda otra que seguir haciendo de su capa un sayo y pese a su desagrado, evitando condenas y vetando resoluciones, perseverar en el empeño de ganar influencia de alcance en Pyongyang a fin de evitar su unilateralismo y disciplinar su comportamiento.

La “no injerencia” de Pekín alienta el reforzamiento de la presencia militar de EEUU en la región y aumenta su influencia a la par que limita su margen de maniobra para establecer un marco de cooperación entre ambos países o para atraerse a otras diplomacias relevantes en el conflicto. El triángulo Washington-Seúl-Tokio se cohesiona cada vez más a consecuencia de la acción norcoreana, reforzado por el derechismo del presidente surcoreano Lee Myung-bak y el seguidismo nipón. ¿Quién se acuerda ya de la Comunidad del Este Asiático propuesta por Hatoyama hace pocos meses?

China no moverá un dedo para propiciar la caída del régimen del Norte, pero precisa dotarse de efectivos mecanismos pre y post ante las crisis provocadas por tan incómodo aliado. De lo contrario, no solo los riesgos irán en aumento sino que su estrategia regional quedará, en buena medida, a expensas del juego que decida Pyongyang.

Xulio Ríos es Director del Observatorio de la Política China.




Thursday, November 25, 2010

Frases que delatan debilidades...


RAFAEL P. RODRIGUEZ

También otras sirven para delatar las grandezas de sus autores, tristeza y sobre todo melancolía. Están las grandes frases de motivación para la guerra o el crimen.

El mundo de las frases hechas, si son felices y si provocan alguna emoción memorable, lleva a decidir diferentes posibilidades de estados de ánimo que justifican un examen sino cuidadoso, al menos, ponderado.

Hay sentencias que parecen elaboradas por la eternidad misma.

Otras devienen sangrantes, perforadas, de una magnitud y una intensidad que parecen extraídas no del tiempo y de la experiencia sino de la terrible candela.

Las más son juiciosas, luminosas, extrañas, decisivas, arrogantes, siniestras y hasta pluscuamperfectas las hay, escasas.

Quien dijera, como lo dijo, que “el diluvio fue un fracaso porque quedó un hombre” parece injusto porque él no quedó solo.

La rígida sentencia, más que un lamento, reclama probablemente, el humor, que es lo justo y algo que vive reclamando el mundo.

Y más que el anhelar mármol lapidario, reitera una preocupación muy extendida sobre los hechos humanos en esta tierra, algunos de ellos decididamente vergonzantes para esta patética condición terrenal y única.

Ahora, si lo que procuraba el autor era sentirse demasiado honesto u ocurrente, como lo fue, de veras que resultó exitoso.

Esa oración, que olvida deliberadamente a la mujer, deja en su de venir, en su discurrir cortante, un cierto sabor a amargura trágica.

Aparte de que para bien o para mal y según aquél mito bíblico, quedó en pie una ejemplar familia, consagrada y apadrinada por todo lo Alto.

(Una cuestión metodológico-escritural en el libro sagrado de los cristianos es la que más conlleva errores de interpretación:

Es aquella que junta los hechos como si se produjeran, en el relato bíblico en una concatenación de escenas y de escenarios que operan como castigos divinos cuando en realidad se trata al parecer de acontecimientos que tuvieron décadas y cientos de años de separación en el tiempo.

No son dramas narrados por capítulos sucesivos los castigos del cielo pero si se les junta, como las llamadas siete plagas de Egipto, narradas en el Antiguo Testamento, algunas de las cuales son en realidad, bajo demostración científica, hechos naturales como explosiones volcánicas, terremotos, tormentas.

Pero narrados de manera que coincida con el canon bíblico, sí se les puede sentir como tales castigos).

Otro dilatado orador no fue menos sentencioso y casi hiriente.

Este se atrevió a proclamar enigmáticamente y como un acróbata de la palabra, que si no hubiera mujeres los hombres “vivirían como dioses”.

Lo que quiso dejar sobreentendido, herido al parecer por una de esas comunes crueldades femeninas, no aparece perfeccionado por la reflexión profunda que demanda la sorprendente frase sino por la casi imposibilidad de vivir como dioses y por la más difícil aún, la de vivir sin la mujer.

Otro, más atrevido pero significativamente mejor documentado, declara que ¨ una madre se toma veinte años para hacer de un niño un hombre y a otra mujer le bastan veinte minutos para convertirlo en un tonto”

En realidad, para que un hombre adquiera esa condición por la fragante magia de una mujer no necesita más que unos cuantos segundos.

Se atribuye a Dalí haber dicho que “el hombre no sólo no procede del mono sino que se va acercando a él”.

De haber sido su autor el artista español o cualquiera que lo haya dicho profirió un imperdonable insulto contra el mono.

Este no fabrica, por ejemplo, mentiras para invadir países y aniquilar inocentes, no elabora bombas nucleares, no se guerrea con sus congéneres usando armas de fuego, no asesina por gusto, no contamina ciudades y campos ni mares ni territorios.

No mata a los suyos para producir un superávit de combustibles en su territorio porque, para fortuna de todos, no lo necesita para vivir.

El hombre ha hecho del confort un ritual, una religión un estado del alma, un hábito pernicioso que lo va derrotando y aniquilando, lo va tornando rutinario, acomodaticio y nada, obviamente, heroico, como necesitaría serlo.

En el colmo del júbilo, un tal George Colman describe como una lástima que sólo los solteros sepan cómo gobernar a una mujer.

Esa idea remite en realidad a la imposibilidad de lograr esa hazaña.

Los solteros apenas aprenden a gobernarse por sí mismo, cuando lo aprenden.

Los hay que se pasan la vida en ese esfuerzo inútil.

De donde Colman extrajo esa sentencia rara, esa media verdad que talvez sólo llega a un cuarto (oscuro) es todo un misterio, una frase acomodaticia, un impetuoso y loable esfuerzo por quedar bien con su público.

La siguiente parece haberla elaborado el ambiguo Lao-Tsé, fragante, de una sabiduría exquisita pero difícil en el más puro estilo oriental.

Europa no Quiere inmigrantes...

Aníbal de Castro

Ya no vienen cargados de sueños en sus ojos de futuro, sino que retornan acongojados al encuentro incierto con la realidad desgarradora que abandonaron, y que ahora perciben más halagüeña que el paraíso buscado y nunca encontrado. Europa no quiere inmigrantes. Ya no son bienvenidos en el testamento geográfico e histórico donde se han concentrado las mayores contradicciones: la Europa ilustrada e inquisidora, abolicionista y esclavista, daltónica y racista, justiciera y colonialista.

La crisis económica, el ascenso político de la derecha recalcitrante y la "islamofobia" se han combinado en forma letal para el cierre de las puertas europeas a la inmigración y la apertura de un nuevo capítulo, con principio pero sin final, para las etnias y culturas diferentes enraizadas en la pretendida cuna de la civilización occidental.

Es la economía, estúpido, sí. Y no, sabihondo. El choque de civilizaciones de que hablaba Huntington ha encontrado en el espacio europeo un campo de batalla ideal. Los aluviones humanos del norte de África y la zona sub sahariana; la lejana, mediana y cercana Asia; la ligeramente europea Turquía y los restos culturales del antiguo imperio otomán, han cambiado e influenciado áreas importantes de la parte occidental del Viejo Continente.

El velo, la burka y las cinco oraciones diarias con el rostro vuelto hacia la Meca son pan cotidiano, por ejemplo, en el Londres cosmopolita o las ciudades-factorías del centro industrial del Reino Unido. Los musulmanes son el cinco y el 9.8 por ciento de la población en Alemania y Francia, respectivamente, y, en España, el uno. ¡Olé, hay más moros en la Madre Patria que nacionalidades individuales provenientes de América Latina! Y no remanentes de la época de la reconquista, sino inmigrantes recientes, como los ecuatorianos, argentinos, colombianos y dominicanos, de importancia numérica en ese mismo orden.

La tasa del crecimiento anual del cristianismo en el mundo es de tan solo 1.5, y en contraste, la del Islam, 6.4 por ciento. Sin embargo, en Europa, los discípulos del Profeta aumentan a un ritmo del 142%. Islam significa sumisión y es a la vez una derivación de paz, pero el Septiembre 11 recargó de sospechas adicionales a los descendientes de Abrahán. Poco importa que las tres grandes religiones monoteístas imploren por igual a un Dios clemente y misericordioso. Se ha abierto una brecha inclemente e inmisericorde, y no es casual la confesión de un cómico norteamericano de que ve a todo árabe con aprensión.

Por el mapa europeo se desplaza una corriente de hostilidad contra los inmigrantes, con expresión política hasta en la refinada y otrora abierta sociedad sueca. Se repite la historia en escenario de alarma en la bucólica Suiza, la benevolente Holanda, la civilizada Francia, la sofisticada Noruega y la artística Italia. Las torres de las iglesias cristianas de las distintas denominaciones resaltan en el paisaje de todos los cantones de la Confederación Helvética, pero, al parecer, los minaretes contaminan la vistosidad de la naturaleza imponente y se les ha proscrito. Curiosamente, los bancos no necesitan elevar nada al cielo para atraer, salvo los beneficios para clientes y accionistas.

La retórica anti-inmigración catapultó los votos de la derecha en un 28.9 por ciento en Suiza; 22.9 en Noruega y 15.5 por ciento en Holanda. La Liga del Norte, en Italia, mutó de independentista a xenófoba y su votación remontó hasta el 8.3, convirtiéndose su líder, Umberto Bossi, en el principal aliado del premier Silvio Berlusconi --en política, no en el bunga bunga de las "velinas"-- hasta su rompimiento reciente. Es en Italia, otrora punto de origen de enormes movimientos poblacionales hacia el Nuevo Mundo, donde la residencia ilegal constituye un delito criminal. Poco risible la ingenuidad del no tan lerdo que al leer los apellidos en la guía telefónica de Roma pensó que toda Argentina había emigrado.

Las barreras burocráticas y legales contra la inmigración aumentan. España paga a los inmigrantes para que se marchen, aturdida por una cuota de desempleo que mantiene laboralmente inactivo a uno de cada cinco españoles en edad productiva. Mediante una política inteligente de amagar y dar, trata de mantener a raya el alud humano del norte africano y del sur del Sáhara. Quien quiera entenderlo de manera más sencilla, que se dé una vuelta por el consulado español en Santo Domingo, y recibirá el mensaje con solo mirar los rostros cariacontecidos que por allí deambulan.

Los bonos populares de Nicolas Sarkosy se asemejan a los de Grecia en los mercados de valores, y la manera más expedita de buscar la gracia anticipada del votante fue el envío de los gitanos con su música a otra parte. Por nacionalidad, casi todos rumanos o búlgaros, estos europeos trashumantes tienen derecho a circular por el espacio comunitario y establecerse donde mejor les plazca. Pero en Francia c´est la vie (y la vía) y de nada ha servido toda la alharaca montada en Bruselas. Con igual eficiencia fueron desmontados los campamentos de inmigrantes en las cercanías de la entrada al túnel que une Francia y Gran Bretaña por debajo del Canal de la Mancha.

El problema, sin embargo, es complejo. Angela Merkel, la jefa del gobierno alemán, aseveró recientemente que la política de asimilación de los inmigrantes, turcos para todo fin pertinente, había fracasado. Una de las aristas reside, precisamente, en el enfoque dado a la inmigración en cada país. Alemania, por ejemplo, promovió la riada de mano barata turca como una solución temporal. Ahora resulta que hay millones de turcos con años y años en Alemania que no hablan el idioma y viven en guetos donde reproducen los mismos usos y costumbres que en la patria nativa. Dado el peso de esa población verdaderamente extranjera, el Gobierno ha emprendido infructuosamente una campaña activa de integración y de enseñanza del alemán. Se trata de una población que vive en Alemania pero piensa y actúa en turco porque emocional y mentalmente nunca ha partido.

Francia se ha decantado por la integración desde el principio, y a ello ayudan el pasado colonial y un idioma común. Hay allí poca tolerancia de la diversidad cultural, lo que explica el porqué de la prohibición del velo en los sitios públicos. En cambio, el sello multicultural ha marcado la política británica, y cada etnia conserva su espacio religioso y costumbres ante la mirada condescendiente del Estado. Empero, los terroristas islámicos del verano sangriento de hace unos años en el transporte londinense nacieron y crecieron en el Reino Unido.

La realidad económica tiene un peso importante en la balanza anti-inmigratoria. El estancamiento y bajo crecimiento económicos han disminuido el número de plazas de trabajo, pero también otros brazos se han incorporado al mercado laboral con derechos plenos: los inmigrantes de los países de Europa del Este, los miembros más recientes de la Unión Europea. Polacos y rumanos, sobre todo, suman cientos de miles de el Reino Unido, España y Alemania. Son blancos y cristianos.

Es entendible que una sociedad se espante ante la realidad de un porcentaje apreciable de sus miembros que prefiere montar tienda aparte, y cuyos instintos y acciones se identifican con otra cultura y valores. Es un caballo de Troya en potencia, o por lo menos un serio obstáculo para la formulación del interés común. Es una situación reñida con el viejo concepto de nación.

En el caso de los romas y como escribía una columnista británica, nadie en su sano juicio los quisiera de vecinos. Ni siquiera los rumanos en Rumanía, quienes los miran con suspicacia y los consideran diferentes. Y lo son. Sus costumbres y modos de vida se apartan radicalmente del concepto occidental del hogar, las relaciones en sociedad y la práctica de la ciudadanía. Sus hábitos de higiene desconciertan, se apiñan en campamentos urbanos y semiurbanos, no se mezclan y muchos se dedican a la ratería o a la mendicidad. Por supuesto, hay mucho estereotipo en la descripción tradicional del gitano aunque las policías europeas podrían disminuir cualquier simpatía que se les tenga.

El sentido de no pertenencia que permea la vida del inmigrante es un lastre. No siempre su culpa, porque de ordinario el ambiente social conduce a la exclusión. De ahí la fórmula implementada por Canadá y Australia y más recientemente en el Reino Unido, basada en puntos que se acumulan por el conocimiento de la cultura e, imprescindible, el idioma. Si no se alcanza una puntuación mínima, no hay residencia permanente.

La libertad de tránsito nunca ha sido tal. Ahí están las fronteras para frustrar la tendencia humana a buscar nuevos horizontes y oportunidades o a enfrascarse en experiencias desafiantes. En el ínterin, la Europa civilizada ha decretado la suspensión de la ley de la supervivencia. Hasta nuevo aviso quisiéramos pensar.

Enrique Blanco: muerto el 24 de noviembre de 1936.-


El hombre se convirtió en leyenda luego de desertar del Ejército...

SANTO DOMINGO. Enrique Blanco, personaje legendario de los comienzos de la era de Trujillo, fue abatido un día como hoy, en 1936, en la sección El Aguacate Arriba, de Gaspar Hernández, tras cuatro años de persecución.

Blanco se convirtió en leyenda luego de desertar del Ejército Nacional en 1932 y de "sobrevivir" cuatro años a la orden de arresto que se le emitió, alzado en los montes del Cibao. Debido a esto, ganó fama entre la población campesina de la época, que atribuía su capacidad para escabullirse de los persecutores a poderes sobrenaturales, como transformarse en animales y en troncos de árboles.

Como autor de la muerte de Blanco se señala a Delfín Álvarez García, quien según reseña Adriano Miguel Tejada en su recopilación "100 años de Historia", "aprovechó un descuido del ex militar" para poner fin a sus andanzas.

Tejada agrega que después "su cuerpo fue llevado a Moca y de ahí a Santiago donde fue exhibido en la plaza pública delante de una enorme muchedumbre".

La reseña agrega que otros miembros de la familia Blanco, entre ellos Jesús María y Ramón Eugenio, fueron asesinados por agentes represivos del régimen de Trujillo.

A la hora de su muerte Enrique Blanco -que era mulato- tenía 29 años. Había nacido en 1907 en Tamboril, Santiago, y era el octavo hijo de la pareja conformada por Eugenio Blanco y Euverdina Sosa.

La leyenda de Enrique Blanco ha trascendido hasta nuestros días en las letras del merengue homónimo de Wilfrido Vargas y Los Beduinos, y más tarde en la novela "El negro blanco", de José Madera.

De Diario Libre

Friday, November 12, 2010

¿En qué se puede creer hoy?

Rebelión

Cuando hablamos del origen de la filosofía y de la ciencia en Grecia definimos este proceso como el paso del Mito al Logos. Es un tópico que habría que cuestionar por dos motivos. El primero porque civilizaciones como China e India ya habían elaborado un pensamiento muy complejo. El segundo porque el pensamiento mítico que existía anteriormente en Grecia planteaba a través de la narrativa un tipo de racionalidad con una lógica propia. Pero lo que acabo de decir no pretende diluir la innovación que supone la aparición de la filosofía sino reconsiderarla desde otro punto de vista. El giro que comienza con Sócrates y Platón es el del pensar crítico, que podemos definir como la conversión del supuesto saber en creencia. En la India y en China había un supuesto saber incuestionable, transmitido por la vía de la autoridad. Concebir este saber legitimado por la tradición como una creencia significa ser capaz de cuestionarlo y de contrastarlo con argumentos.Pero Sócrates y Platón también atacaban el relativismo de los sofistas. Porque el relativismo conduce a lo mismo que el saber dogmático: la incapacidad de considerar que hay unas creencias que son más válidas que las otras. El postmodernismo actual es la nueva formulación de este relativismo, donde cualquier creencia es una ficción que sólo se justifica a partir de sus parámetros culturales. Aunque es cierto que cualquier saber es una construcción social hay que saber valorar un discurso cultural desde una cierta razón común.

En el momento actual, en unas circunstancias históricas determinadas, hay que justificar que es lo que podemos y debemos creer, tanto desde el conocer cómo desde el hacer. Desde la perspectiva del conocer la ciencia y la filosofía deberían volver a complementarse y superar así el divorcio de lo que ha llamado la separación de las dos culturas. Kant estableció a finales del siglo XVIII, bajo el espíritu ilustrado, una diferencia entre saber, creer y opinar. La diferencia entre saber, creer y opinar es que el primero se puede demostrar objetivamente, el segundo implica una convicción subjetiva pero que debe tener una consistencia propia y en el tercero no hay ni demostración ni convicción. Pero el positivismo polarizó esta diferencia sacralizando la ciencia físico-natural, intentando entender la sociedad bajo este modelo y reduciendo la filosofía al campo de la opinión, de lo subjetivo. Reducían la creencia a una opinión con la que nos identificamos y eliminaba una tercera vía entre el saber objetivo y la opinión subjetiva.

Podemos entender el saber como la adecuación entre lo que pensamos y los hechos tal como se presentan a la experiencia humana. Las ciencias físico-naturales tienen medios experimentales para fundamentar lo que dicen pero no hay que perder de vista su carácter provisional y revisable. Pero las cuestiones que nos importan como humanos tienen que ver con el sentido del mundo y con nuestras decisiones éticas y políticas. Esto pertenece al campo de la creencia y no al del saber. La cuestión está entonces en no reducir las creencias a simples opiniones con las que nos identificamos subjetivamente. Hay que situar las creencias morales y políticas en un registro inter-subjetivo. Esto quiere decir que sin ser objetivo no lo consideramos tampoco algo puramente subjetivo. Lo intersubjetivo es lo que pertenece a lo común, al diálogo, a lo público. No siempre es posible el consenso pero es necesaria una deliberación que tenga como horizonte la felicidad de todos.

La primera creencia moral y política que podemos y debemos tener es que hay que considerar que lo mejor es lo que produce más bienestar al máximo de personas. La segunda creencia es que el bienestar responde sólo parcialmente a unos criterios objetivos: trabajo, vivienda, sanidad, educación. La parte complementaria hay que dejarla al ideal ético de cada cual, que quiere decir el camino que elige para ser feliz. La tercera creencia es que hay que potenciar la autonomía y la libertad de los ciudadanos para que sigan su propio camino, para que desarrollen sus capacidades.

La justicia se basa en el equilibrio entre la igualdad y el mérito, entre lo que necesita cualquier humano por ser un ciudadano y lo que le corresponde por su esfuerzo. Podemos creer en una concepción racional de la justicia y en la posibilidad de alcanzarla a través del compromiso personal y de la lucha política. Políticamente hemos de creer en la democracia, pero no como un sistema formal, como nos ha hecho creer la ideología liberal. Hay que defenderla cómo la consecuencia de la lucha de los excluidos por tener acceso al gobierno de la sociedad en la que viven. Democracia quiere decir que todos tienen derecho a decidir en lo que les concierne. También que hay que creer que la gente no es estúpida sino que en todo caso nos vuelven estúpidos. Que no hay élites que estén por encima de los demás y que sean los únicos que tienen capacidad y derecho de gobernar y de decidir. Sabemos que la “La Declaración de los Derechos Humanos” no se cumple, que no hay que entenderlo cómo papel mojado sino cómo el producto histórico de la lucha humana por su emancipación. Es una referencia necesaria porque es un instrumento que tenemos para la denuncia, un ideal al que aspirar. Igualmente hay que creer que el capitalismo no es eterno ni tampoco natural y que su lógica del beneficio, irracional e injusta, debe ser sustituida por la del bien común. Porque sabemos cuales son sus efectos devastadores a nivel humano y planetario.

Finalmente hemos de creer que en el campo espiritual y religioso cualquier creencia merece ser respetada si acepta todo anterior. Chesterton tenía parte de razón cuando dijo que al dejar de creer en Dios podíamos empezar a creer en cualquier cosa. En ocasiones el ateismo no ha abierto un horizonte de racionalidad sino de creencias todavía más delirantes que las que denuncia. Dejemos las creencias religiosas como algo personal y centrémonos en las creencias que harán de nuestro mundo algo mejor de lo que es. Creo que la religió debe ser combativo cuando es un obstáculo para el libre pensamiento y para ua sociedad más justa. El resto, considerarlo como una opción personal y respetable.

Thursday, November 4, 2010

La máquina de hacer pobres...


Ricardo Mascheroni

Así como los autos, los muebles, las casas, los automotores y tantas otras cosas para el consumo, se fabrican, los pobres también se hacen. Para concretar estos objetivos se deben cumplir determinados procedimientos; en primer lugar desde lo ideológico, imponiendo un lenguaje o discurso con palabras para nada inocentes, que encierran una pedagogía de la apropiación y de los más aptos. Después vendrán las fases operativas propiamente dichas, que apuntarán a la producción real y sostenible en el tiempo, de millones de pobres, cuando más mejor. No vaya a ser, que por alguna falla en la línea de montaje, aquellos se terminen o escaseen. La merma en el producto final (pobres), lleva inexorablemente a la declinación de la capacidad de acumulación de los cada vez más, pocos ricos, en cualquier lugar y tiempo que sea.

En sus esfuerzos por huir de la fealdad y de la desgracia, el rico las intensifica. Cada nueva yarda de West End (sector rico de Londres) crea un nuevo acre de East End (sector pobre de Londres). (1)

A lo largo de años de una pedagogía de la desinformación al servicio del poder, la mayoría de la gente se ha acostumbrado a pensar que la pobreza y quienes la encarnan, los pobres, son algo así como una parte del ambiente. Sería como si la Naturaleza que crea y recrea la flora y la fauna planetaria, también alumbrara pobres.

Muchos atribuyen esa malhadada existencia a una suerte de determinismo histórico, otros a una maldición, hay quienes piensan en una plaga bíblica, no faltan tampoco los que culpan a los pobres de su propia pobreza.

Coincidente con esas percepciones, en la década del ‘90, un mal recordado presidente argentino, pontificaba: "Pobres hubo siempre y siempre los habrá", ante los aplausos de sus seguidores y los “vivas” de sus corifeos, muchos de ellos todavía sentados en los despachos oficiales.

En el plano de las relaciones internacionales, se nos ha adoctrinado que el mundo se dividía entre países ricos y países pobres, hoy llamados eufemísticamente: desarrollados y en vías de desarrollo, también primer y tercer mundo. Lo peor es que nunca intentamos hacer un análisis crítico de esta afirmación

Alguna vez tendríamos seriamente que preguntarnos, si una isla rocosa perdida en el Océano Pacífico, como Japón; o Inglaterra, inserta en la bruma del Mar del Norte; o Italia una lonja de rocas que penetra al Mediterráneo, entre tantos otros ejemplos, son países ricos y en caso contrario, Argentina, Bolivia, Paraguay, Costa de Marfil, Nigeria y muchos más, son en realidad países pobres.

Este simple interrogante no admite respuestas ambivalentes. Categóricamente podemos afirmar que en el mundo no existen países ricos y pobres, sino países enriquecidos y empobrecidos, lo cual es muy distinto.

En un mundo finito, en el que la desigualdad y el atropello son las reglas, para que algunos pocos se enriquezcan es necesario que muchos se empobrezcan.

Una situación similar ocurre hacia el interior de cada nación, país, provincia, ciudad o pueblo. Muy pocos con mucho y muchos con muy poco.

Miremos nomás, cerca nuestro, un hecho, que ha sido motivo de guerras y disputas fraticidas por más de un siglo, consistente en que mientras las condiciones económicas de los porteños (ciudad de Buenos Aires) iban en franco crecimiento y mejoraba su calidad de vida, para el resto del interior del país, esto significó un menoscabo histórico de las economías regionales y el aumento de la pobreza e indigencia de sus habitantes.

Para que ese esquema haya sido posible y se mantuviera en el tiempo, los mecanismos que generan y reproducen hasta el cansancio legiones de pobres debían estar absolutamente planificados y aceitados. Para ello, nada mejor que la máquina de hacer pobres.

Debemos entender que así como los autos, los muebles, las casas, los automotores y tantas otras cosas para el consumo, se fabrican, los pobres también se hacen, en uno y otro caso, existen técnicas, métodos, tecnologías y recetas para su fabricación.

Para concretar estos objetivos se deben cumplir determinados procedimientos; en primer lugar desde lo ideológico, imponiendo un lenguaje o discurso con palabras para nada inocentes, que encierran una pedagogía de la apropiación y de los más aptos. Después vendrán las fases operativas propiamente dichas, que apuntarán a la producción real y sostenible en el tiempo, de millones de pobres, cuando más mejor. No vaya a ser, que por alguna falla en la línea de montaje, aquellos se terminen o escaseen.

La merma en el producto final (pobres), lleva inexorablemente a la declinación de la capacidad de acumulación de los cada vez más, pocos ricos, en cualquier lugar y tiempo que sea.

Abajo la esclavitud!!!

Nada de esto es nuevo, pero cobra dimensión histórica, a partir del maquinismo y la revolución industrial, cuando el incipiente capitalismo de entonces, toma nota que la fuerza de trabajo proporcionada por la esclavitud se convertía rápidamente en antieconómica.

A los esclavos había que alimentarlos, darles viviendas y cubrir otras necesidades, pero lo peor en una economía en continua expansión, era que no eran consumidores.

Como corolario, se necesitaba otro sector donde descargar los excedentes de la productividad industrial, pero además que paguen por ella. En consecuencia, aparecen los asalariados.

Esto lleva, no por razones humanitarias precisamente, a que los antiguos esclavistas, de golpe se conviertan en furibundos abanderados de la lucha contra la esclavitud.

Inglaterra, que había prohijado la mayor flota de piratas y traficantes, en sólo algunos años cambia sus conveniencias y ordena a su almirantazgo la destrucción de aquellos.

EE.UU., con su guerra de secesión entre el norte industrial y el sur agrícola, es un claro ejemplo de lo expuesto.

Y la máquina empieza a volverse eficiente y las legiones de explotados y desposeídos crecen de manera exponencial a la apropiación y concentración de la renta en pocas manos.

Este rotundo éxito de la misma, hace que comience su exportación y sea rápidamente adquirida e instalada en casi todo el Planeta.

Como toda máquina que se precie de tal, viene con sus instrucciones, prospectos y recetas, casi siempre por derecha, sean estas ultraliberales, neoliberales, privatistas o estatistas, en todos los casos con el mismo objetivo, reducir la participación del trabajador en la repartija de la torta.

Como dice Galeano: “El mismo sistema que necesita vender cada vez más, necesita también pagar cada vez menos.” (2)

Recursos humanos

Para remate, en las últimas décadas, la persona que se creía o sentía asalariado, descubre que ha sido catalogada o categorizada como recurso humano.

Ello encierra una definición perversa y poco debatida en su esencia.

El concepto de recurso parte de una raíz economisista y está sujeto a los principios de escasez, apropiación y de la ley de la oferta y la demanda. A mayor oferta, su valor disminuye.

La arena, por su gran disponibilidad vale poco, a la inversa, el oro es caro.

En nuestros días, pocas cosas hay en tanta cantidad sobre la tierra, como seres humanos y por ello la oferta de mano de obra crece y los salarios bajan.

Cuando un asalariado cuestiona las condiciones laborales, hay miles dispuestos a tomar su lugar en cualquier forma y condición.

Como dice algún grafitti callejero: Quiero que me exploten!!!

En relación a estas cuestiones Viniane Forrester, en su libro El Horror Económico, apunta: “dicen que no hay trabajo. Trabajo es lo que sobra, lo que no quieren es pagarlo”.

En tal hipótesis, los salarios se recortan, las jornadas se extienden, las conquistas laborales se diluyen, desaparecen el sábado inglés y el descanso dominical, se elevan las edades jubilatorias y la pobreza deja de ser patrimonio de vagos, malentretenidos y desocupados, para asolar de manera creciente a los asalariados.

Pero no se confunda y vaya a creer, que la máquina opera en solitario, todo lo contrario, es toda una corporación global, que casi siempre tiene como socios a empresas periodísticas, de comunicación, de entretenimientos, de seguridad, alimentación, financieras y de todo aquello “necesario” para el tipo de vida que ellos mismos proponen.

Como si fuera poco, los rendimientos obtenidos por esas actividades, solventados con magros salarios, son puntualmente remesados a las casas matrices, casi siempre en el extranjero y de propiedad de los grupos concentrados de la economía mundial. Este círculo vicioso produce la desertificación monetaria, agota los recursos naturales y agrava la pobreza.

Cómo se explica entonces, la persistencia de la pobreza y la indigencia en la Argentina, un país que ha crecido en los últimos años a tasas significativamente más altas que la media mundial.

El desguace de esta máquina debe ser una decisión política de urgencia, que tiene que ver con la equidad, la justa distribución de la riqueza y la preservación social, más allá de los posicionamientos ideológicos de un lado o de otro.

Como dijera John F. Kennedy: “Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos”.

Aunque pueda no compartir este análisis, lo dejo para que lo piense y me despido hasta las próximas aguafuertes. www.ecoportal.net

Ricardo Mascheroni - Docente - Argentina

Referencias:

1.- George Bernard Shaw (Ironías y Verdades, Edit. Errepar, Bs. As., 1999)

2.- Galeano, Eduardo, Patas Arriba, Edit. Catálogos, 1999


Thursday, October 28, 2010

El despertar de Francia...

Serge Halimi
Le Monde diplomatique
Traducido para Rebelión por Caty R

Francia no ha conocido manifestaciones de esta magnitud desde hace cuarenta años. La personalidad de Nicolas Sarkozy, su arrogancia, su deseo de aplastar al «adversario», han conseguido que un gran frente se agrupe contra él. Pero la oleada y las multitudes no se han originado por los caprichos de un hombre. Responden a la elección de una civilización injusta llevada a cabo, con la excusa de la crisis financiera, por los gobiernos europeos cuyo abanico de partidos va desde la derecha sin complejos hasta la izquierda que capituló. En Italia Berlusconi no hace ni más ni menos que los socialistas Georges Papandreu en Grecia o José Luis Rodríguez Zapatero en España. Todos ponen en peligro los servicios públicos y la seguridad social. Todos, para complacer a las agencias de calificación, pretenden hacer que paguen los trabajadores lo que costó al país el saqueo perpetrado por los bancos. Los cuales continúan ganando preservados de cualquier obligación de mostrarse «valientes» y solidarios con las generaciones futuras.

No es «la calle» que se agita, es el pueblo francés que sale a escena. Ninguna legitimidad de los gobiernos puede oponerse a su protesta. La Asamblea Nacional se eligió tras una campaña presidencial durante la que Nicolas Sarkozy escondió sus intenciones relativas a una reforma de las pensiones presentada después como la «marca» de su quinquenio. «El derecho a la jubilación a los 60 años debe permanecer», proclamó cuatro meses antes de su elección. Un año después, refiriéndose a un eventual aplazamiento de ese derecho, el nuevo presidente de la República insistía «No lo haré (…). Me comprometí con los franceses. No tengo potestad para hacerlo. Y esto es importante para mí».

Gobernados ya por un tratado constitucional europeo rechazado masivamente por referéndum y que los elegidos de derecha (respaldados por algunos socialistas) impusieron por vía parlamentaria, los franceses se manifiestan también contra el autoritarismo despectivo del poder. Los jóvenes se han dado cuenta de lo que les espera. A medida que el capitalismo encadena las crisis, endurece su lógica. Para mantenerse, primero tiene que hundirse la sociedad: evaluaciones permanentes, competencia entre los trabajadores, desgaste del trabajo. La última entrega del «informe Attali» ya recomienda la congelación del sueldo de los funcionarios hasta 2013, la transferencia a los pacientes de una parte de la carga económica de las enfermedades de larga duración (cáncer, diabetes), aumento del IVA, todo, por supuesto, manteniendo el «escudo fiscal». «Tenemos ante nosotros diez años de rigor», ha vaticinado con glotonería el ex consejero especial de François Miterrand, que ha hecho hincapié sobre el rigor del ahorro.

El pasado 7 de octubre un manifestante estudiante de secundaria explicaba el sentido de su lucha: «Primero es la enseñanza, la escuela. Después el trabajo, lo más duro. Y después la jubilación, la recompensa. Si nos roban la recompensa, ¿qué nos queda?» Los liberales ironizan sobre esos jóvenes extrañamente preocupados por su jubilación. No se dan cuenta de esa ansiedad acusadora de las políticas que han llevado a cabo desde hace treinta años y que están desembocando en un futuro sin esperanza.

Las manifestaciones y las huelgas son el mejor modo de revertir ese destino.

Monday, October 25, 2010

La leyenda de Pegaso el caballo alado...


Pegaso ha sido uno de los caballos mitólogicos más llevados al cine al igual que el unicornio y medusa.

Pegaso es un caballo alado. Su nombre proviene de la palabra griega phgh, que significaba manantial, pues se decía que había nacido en las fuentes del Océano.

Cuenta la leyenda que allá donde pisaba Pegaso, el agua brotaba mágicamente de su huella.

Hay varias versiones de su nacimineto. Por un lado se decía que había nacido del cuello de la Gorgona, cuando Perseo la mató en el mar.

En esta perspectiva, resulta que su padre es Poseidón, y Crisaor su hermano gemelo.

Otra versión sostiene que nació en la tierra, fecundado por la sangre derramada de la Gorgona, cuando Perseo la mató.

Una vez que nació, Pegaso fue al Olimpo, donde se puso a las órdenes de Zeus, al llevarle el rayo.

El papel de Pegaso más importante es en la leyenda de Belerofonte, sobre la que hay diversos argumentos. Por un lado, se decía que Pegaso había sido regalado a Belerofonte por la diosa Atenea (diosa de la sabiduría), pero según otras historias fue Poseidón el que dio el caballo a Belerofonte.

También se contaba que el héroe lo había encontrado, cuando bebía en la fuente de Pirene.

Fue gracias a Pegaso que Belerofonte pudo matar a la Quimera y lograr por sí solo la victoria sobre las Amazonas.

Cuando Belerofonte muere, Pegaso volvió a la morada de los dioses. Tiempo después, se dio el concurso de canto que enfrentó a las Musas con las hijas de Píero.

El Monte Helicón estaba muy complacido por la belleza de las voces, por lo que empezó a crecer amenazando con llegar al cielo.

Al ver el peligro, Poseidón le ordenó a Pegaso que fuera y golpeara a la montaña con uno de sus cascos para ordenarle qe volviera a su tamaño normal, a lo que la montaña obedeció dócilmente.

Pero, en el lugar donde Pegaso la había golpeado brotó la Fuente Hipocrene, o Fuente del Caballo.

Por último, Zeus lo convirtió en Constelación, para que fuera eterno. Cuando esto sucedió, un pluma de sus alas cayó cerca de Tarso, y así la ciudad adoptó su nombre.

Friday, October 22, 2010

Los candidatos de la partidocracia Dominicana: Cáscaras del mismo palo...

Por: Narciso Isa Conde

Me refiero a los principales aspirantes a la presidencia de los dos partidos del sistema bipolar existente en nuestro país: Leonel Fernández (actual presidente en busca de su segunda reelección y cuarto periodo) y Danilo Medina segundo al mando del partido oficial y ex ministro de la Presidencia) por el Partido de la Liberación dominicana (PLD); y Miguel Vargas Maldonado (presidente del partido y excandidato) e Hipólito mejía (ex-presidente república) por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

Uno dice ser “El destino”, otro se hace llamar “Papá”, el tercero tiene olor a Marbella y el cuarto luce “tranquilo”, pero hay mamá (por aquello de “líbrate del agua mansa”…).

El dólar “no debió subir”, dice el gobernador del Banco Central; pero subió, y eso es lo que cuenta.

Subió la factura eléctrica.

Subieron los huevos, el pollo y la cebolla.

Y el “hombre destino” -desde su millonaria fundación FUNGLODE (propiedad de Leonel Fernández y una especie de “cuerpo del delito” de su gestión presidencial)- exhortó, después de más de 10 años de gobierno, a luchar unidos contra la pobreza, como “si no tuviera vela” en ese entierro de la pobrecía.

Será un combate bajo la modalidad de matar a los(as) pobres de hambre y enfermedades curables; aunque a ese evento fúnebre irán solo los/as de su calaña.

Esto así, porque a la cada vez más precaria alimentación de grandes contingentes de dominicanos/as, se le suma el hecho de que solo el 30 % de las clínicas privadas reúnen las condiciones mínimas para brindar ese servicio vital y solo 23 hospitales públicos de los 153 existentes en el país, cumplen los requisitos para operar tan delicado tema.

Pero de todas maneras Bauta Rojas (ministro de salud pública) cree que su actuación le merece el título de “súper-ministro de salud”, emulando a Díaz Rúa (ministro de obras públicas) con sus cárteles de la construcción del Grupo Estrella y la Odebrech. Y es que su líder le ha inculcado a ambos que las payolas postmodernas (sobornos a los mass-media) tienen la formidable virtud de presentar lo virtual como real.

“El destino” le ha enseñado a sus subalternos/as esa seña.

Miren este otro ejemplo del arte de invertir los hechos y los valores: el país está en uno de los últimos lugares de la bolita del mundo en asimilación de moral y cívica, matemática, lengua española, física, química. . . tiene una de las asignaciones presupuestarias mas baja del continente americano… el desayuno escolar no sale de una intoxicación que pone en riego la salud y la vida de los(as) escolares… Pero el jefe máximo de esas habladurías virtuales, el presidente Fernández, proclama ante el mundo que estamos en plena “revolución educativa”, sentando las bases de “la sociedad de conocimiento” de Peter Drucker.

Con razón, Melanio Paredes, Ministro de Educación y fiel seguidor del nuevo aspirante a monarca, tiene la tranquilidad de espíritu para hacerse construir un ascensor que le permite llegar en su jeepeta de lujo hasta la puerta de su despacho, que para él equivale a la mismísima puerta del cielo.

El ex presidente Hipólito Mejía hizo el encuentro de “los militares con Papá”, donde habló de la deshonestidad de este gobierno; y lo hizo ante un buen número de ex-generales enriquecidos por él con los dineros del pueblo. Olvidó además con razón que el cártel de la droga del capo Quirino estuvo asociado a algunos de sus generales y ministros. Olvidó la tarjeta multimillonaria de crédito que le facilitó el auto-quebrado BANINTER a través de Pepe Goico (su jefe de seguridad personal) e innumerables actos de corrupción cometidos durante su gestión de gobierno.

Si requete deshonesto es el gobierno de Leonelito, bien parecidito en ese aspecto fue el de “Papá”.

Danilo, bien tranquilo, no quiere que le recuerden su “asociación de bienhechores” con el padrino Guaroa Liranzo (multimillonario contratista de la corrupción de Balaguer) en el prólogo y despliegue de la corrupción de Estado pele-balaguerista (del PLD con el partido de Balaguer) y se conforma -sin hablar de revertir el neoliberalismo, la dependencia, los TLC y la partidocracia- con aprenderse de memoria y repetir constantemente un programa de gobierno supuestamente desarrollista.

En realidad es una propuesta, cuyas partes regularcitas, sabrá olvidar a tiempo; como aconteció cuando le tocó ser el segundo al mando del gobierno morado y cuando tomó la decisión de aplastar con todas las malas artes al manganzón de Jaime David (ex aspirante a la presidencia y actual ministro de medio ambiente).

Y ahora viene con la vieja cantaleta del “turismo como motor del desarrollo”, como si nada hubiera pasado en las últimas décadas y como si las transnacionales del ramo fueran capaces de dejar a un lado su modelo y su voracidad.

Miguelito, desprovisto de toda gracia y bien provisto de una enorme fortuna fácil que le imprime un aire gerencial, está agarrado por el pichirrí por Diandino Peña (Ministro del Metro, amigo de Miguel Vargas y dador de contratas multimillonarias a su favor) y –sobretodo- marcado para siempre con la mancha indeleble del escándalo Marbella (la mayor operación de lavado de dinero europeo en el Caribe, en la que fungió de conexión dominicana).

En fin, no hay manera de que este palo, por demás podrido, genere cáscaras diferentes a estas. Ellas y muchas más son el producto, cada vez más degenerado, de un sistema político, una institucionalidad y un orden económico-social que hay que mandar al basurero de la historia; para reemplazarlo, desde un contra-poder fruto de la movilización patriótica y popular –y a través de todos los escenarios de competencia- por un nuevo poder constituyente de un Estado garante y promotor de todos los derechos, de una democracia participativa e integral y de una sociedad justa y solidaria.

Wednesday, October 20, 2010

El mito del galipote dominicano...


La leyenda cuenta que los viajeros usaban amuletos para protegerse de los galipotes al pasar por algunas comunidades.

La tradición mágica que cuenta del poder de hombres que pueden convertirse en animales, se materializa en nuestras leyendas en la figura del galipote.

No obstante, también se llama galipote a aquel hombre que se convierte en objetos inanimados, como troncos de árboles y piedras, a aquel que transfiere su conciencia a un animal, y al que por poderes mágicos han convertido en un animal para diversos fines.

Según la creencia los galipotes son crueles y violentos, de una fuerza tremenda y de una inmunidad increíble a las armas.

Otras leyendas aseguran que a estas criaturas solo les gusta hacer maldades a la gente, tales como impedir el paso a caminantes nocturnos, extraviarles el camino o espantarlos en las zonas oscuras.

No pocos parajes del país son tenidos como lugares de galipotes, y cuando es menester atravesarlos el viajero se vale de conjuros y amuletos para ahuyentar a estos seres.

El galipote que se convierte en perro se denomina lugaru. Este vocablo proviene del francés loup-garou, que designa al legendario hombre lobo o lobizón de la leyenda licantrópica universal.

Nuestro lugaru es una herencia de la tradición mágica europea con algunos elementos africanos, y como no hay lobos en el caribe, es el perro el que la encarna. Por otro lado, el galipote que camina dando zancadas de gran altura o vuela convertido en ave nocturna, se denomina zangano o zancu.

Se cuenta que este ser succiona la sangre de los niños durante las noches y es vinculado a supuestas actividades sexuales con infantes.

Dicen que también puede hacerse invisible. Los conocedores de estos seres, sostienen que solo son inmunes a la rama de un árbol llamado popularmente "palo de cruz", que tiene que ser cortada un Viernes Santo.

Thursday, October 7, 2010

MACHOS VIOLENTOS...


De Ligia Minaya / Escritora

Los machos violentos no se dan cuenta que dependen de una mujer hasta para ir al baño: Nacen del cuerpo de una mujer. Se alimentan del seno de una mujer. Dicen sus primeras palabras porque se las enseña una mujer. Aprenden a caminar y van a la escuela de la mano de una mujer. Dan sus primeros pasos en el amor por una mujer. Forman familia y tienen descendencia por una mujer. Comen porque una mujer les prepara la comida. Se visten porque una mujer les lava y les plancha la ropa. Cuando la vida los golpea buscan refugio en los brazos de una mujer y si están enfermos les sirve de enfermera y hasta de niñera ¿y entonces, de dónde viene tanta violencia?

Cada vez hay más mujeres asesinadas. Cada vez hay más mujeres golpeadas. Cada vez hay más mujeres humilladas, y a mí me gustaría preguntarles a esos malvados, hombres-basura ¿les gustaría que golpearan, humillaran o mataran a su madre, a su hija o a su hermana? No, por supuesto que no. ¿Sólo cuenta la "sacrosanta" madre? ¿Y las demás, qué son? Hasta donde entiendo, las prostitutas también merecen respeto. Si alguno considera que la mujer que tiene a su lado es poca cosa, déjela. No la mate, no la golpee, no la humille. Para esa basura asquerosa, ratas de dos patas, como dice la canción, su incapacidad le lleva al crimen. Son unos frustrados y su mugre, sus fracasos, y hasta su impotencia sexual, quieren cobrársela a la mujer. A la que está a su lado, a la que le ha dado amparo, a la que lo ha amado. ¿Por qué matar a la madre de sus hijos? ¡Carajo!

Si una analiza a los asesinos de mujeres, a los violentos, a los bocones, se dará cuenta de que la mediocridad impera. Son enanos mentales. No tienen capacidad para el diálogo, son peores que las bestias. Los caballos, los burros, dan patadas porque no tienen acceso a la palabra. Pero Dios ha dado a los humanos el don de la palabra para que dialoguen, para que pregunten, para que respondan, no para que se traguen a la mujer a boconadas, o accedan al puñal, a la pistola, al mal trato. Hay otra cosa: Muchos no hablan, pero humillan. Si te pones un vestido bonito para agradarlo, o te dice que te queda mal, o se arruga en el silencio. Que estás gorda, aunque él también lo esté. Que ese corte de pelo no te queda bien aunque él sea calvo. Y hay algo más: que te mira de pies a cabeza como quien mira una podredumbre. Si eso no es producto de una frustración masculina, que venga Dios y lo vea.

Esos depredadores, imbunches, porquerizos, obcecados, desvalidos, incapaces, impostores, embaucadores, ladrones de moral, faltos de todo, encabezan las portadas de los periódicos y los asuntos policiales. Y lo que es peor, todavía, aunque cada vez menos, se les protege, se oculta lo más atroz de los feminicidios. Y por eso, la mujer, tiene que tener las cosas muy claras. No soportar ni una mala mirada, ni siquiera la indiferencia. Si siente el olor a azufre, es que el diablo anda cerca. Si eso ocurre, déjelo, pero no se lo corte, lo legal es el divorcio. Despréndase de esa porquería.

Denver, Colorado

Cerito y cruz: Educación para mañana...

Friday, October 1, 2010

El tiempo de los gitanos...


Agustín Vega Cortés
Rebelión

El racismo y la xenofobia, que en sustancia es la exacerbación del nacionalismo, fue siempre, lo mismo que la guerra, el perfecto sustituto de las ideologías y de las ideas, y el mejor revulsivo en tiempos de crisis y zozobra como los que ahora vivimos. En estas crisis cíclicas, (sistémicas les llaman ahora), en las que los mecanismos normales de control político no son suficientes para garantizar la continuidad del sistema, la tentación de hacer uso de cualquier otro medio que ayude a aglutinar a la gente en torno a los valores dominantes se hace irresistible, sobre todo en tiempos de políticos fútiles y carentes de alternativas y soluciones reales a los problemas de la población y a los que solo parece importarles el poder por el poder y los inmensos beneficios de todo tipo que ello supone.

Lo que está pasando en Francia con las expulsiones ilegales de inmigrantes rumanos y búlgaros, solo por ser gitanos, debería escandalizar a la ciudadanía europea y levantar una protesta de tal magnitud, que obligara a todos los gobiernos y a las mismas instituciones de la UE, a poner fin a esa política claramente racista del gobierno de Sarkozy. Sin embargo, y lejos de eso, esa aberración jurídica y política que significan las deportaciones masivas de personas que no están acusadas formalmente de ningún delito, salvo el de ser de etnia gitana, cuenta con el respaldo entusiasta de la mayoría de los ciudadanos, tanto franceses como del resto de países de la UE, y. de forma muy especial, del nuestro, donde las cifras de apoyo, según diversos sondeos de los medios de comunicación, son escalofriantes, ya que más del 95% dice estar de acuerdo con las expulsiones. Y no solo eso; si vemos los comentarios en Internet, asusta comprobar que para una buena parte de la gente que interviene en la red, las deportaciones no son una medida suficientemente eficaz, ya que los expulsados pueden volver, por lo que amparándose en el anonimato que brinda Internet, se atreven a lanzar algunas propuestas de “soluciones” más “definitivas”, que no creo necesario reproducir aquí, tanto por que son fáciles de imaginar, como por no colaborar a su difusión.

En este contexto, lo que esta ocurriendo con el debate en las instituciones europeas, con relación a la política del gobierno francés, es perfectamente normal. La postura critica, en un primer momento, de la mayoría del Parlamento Europeo, y el enfrentamiento inicial de la comisaría de justicia, Viviane Reding, con la política racista de Sarkozy, ha quedado como una mera anécdota que duró solo el tiempo que tardaron en reaccionar los demás dirigentes europeos, para imponer la defensa corporativa de sus intereses electorales, que pasan, inexorablemente, por explotar el yacimiento de votos del racismo, o, al menos, en no permitir que otros lo exploten en exclusiva. Corren, pues, malos tiempos para los gitanos y cada día es más evidente que nos toca jugar el papel de ser los judíos del siglo XXI, al menos, en lo que se refiere a ser utilizados como chivos expiatorios para distraer a esas mayorías sociales obnubiladas por el consumismo y frustradas la crisis, el desempleo y la falta de perspectivas a corto y medio plazo, pero que tienen en sus manos los votos que ponen y quitan a los gobiernos.

Por eso, solo si los gitanos europeos tenemos la madurez y la valentía suficientes como para asumir por nosotros mismos la defensa de nuestros derechos cómo ciudadanos y de nuestra dignidad como personas, podremos impedir que esta serie de olas antigitanas que desde hace años van y vienen por la mayoría de los países europeos, terminen por desembocar en un tsunami racista de consecuencias imprevisibles, y no solo para los gitanos, sino para otras minorías a las que también se les culpabiliza de gran parte de los problemas que padece la sociedad.

Ha llegado el momento de decir basta ya de que en nombre de los gitanos hablen personas a los que nadie ha elegido y que no hacen otra cosa que aplaudir a los mismos políticos y burócratas que luego justifican los abusos y los atropellos que se cometen con los más pobres y desprotegidos, como ocurre ahora con los inmigrantes rumanos en Francia.

Ha llegado la hora de decir que todas las políticas, tanto europeas como nacionales, supuestamente destinadas a combatir las desigualdades sociales de la población gitana, y que se financian con fondos europeos o estatales, constituyen un absoluto fiasco, y que esos recursos económicos se gastan todos en mantener a una Pléyades de burócratas y asalariados, tanto de las Administraciones Públicas, como de un sinfín de supuestas ONG, adjetivadas gitanas o no, cuya representatividad y gestión nadie comprueba ni fiscaliza, y para las cuales el principal objetivo es financiar el mantenimiento de sus puestos de trabajo. En España, alguna de estas ONG, cuenta con una plantilla de más de 1000 empleados fijos, y un presupuesto anual para gastos de funcionamiento, superior a los 15 millones de euros, y a pesar de que se llame gitana no lo es, pues no son gitanos sus dirigentes. Sin embargo, es la que más influye en la Administración para su propio beneficio, a cambio de avalar en los foros europeos la política del Gobierno de España en esta materia, manteniendo así la gran falacia de que nuestro país es un ejemplo de integración de los gitanos, cuando en realidad es todo lo contrario. La única verdad es que es mentira que los gitanos necesitados se beneficien de una forma real de todos esos planes y programas, pues al final nada llega a ellos, y ni siquiera se enteran de que existan.

Ha llegado la hora de que los gitanos sean los que digan donde les duele y busquen sus propias respuestas, y para eso, lo primero que se tiene que hacer, es propiciar que las poblaciones gitanas de cada país de la UE, nombren de forma democrática, mediante un sistema de votaciones libres y secretas, a unos representantes legítimos que en su nombre puedan llevar a cabo, en colaboración con las Administraciones Públicas, una verdadera política de integración social y económica de aquellos grupos que estén en situación de exclusión social y de marginación, al tiempo que se dignifique la imagen pública del conjunto de la población gitana que debe protagonizar la construcción de sus propias vías de desarrollo y de incorporación activa a la sociedad.

No se puede permitir por más tiempo la dilapidación de los importantes recursos económicos y humanos que durante más de 30 años se han perdido en planes de integración totalmente obsoletos, absurdos e inoperantes, que si algún efecto han tenido, más allá de la parafernalia propagandística de cumbres, congresos y encuentros, sin otro fin que el de su propia celebración, ( el ultimo hace pocos meses en Córdoba), y en los que los gitanos que participan, no son más que invitados de piedras que acuden a aplaudir a los políticos, ha sido el de la segregación y el aislamiento de los escasos gitanos a los que hay podido afectar.

Por otra parte, que el órgano de representación de los gitanos en España, sea un consejo compuesto por funcionarios de los ministerios y un puñado de representes de ONG nombrados a dedos por el Ministerio de Asuntos Sociales, es la mejor prueba de hasta qué punto la cuestión gitana no ha merecido hasta ahora ninguna consideración política que vaya más allá del asistencialismo paternalista y discriminatorio, pues considerar que una comunidad como la gitana puede estar representada por asociaciones o patriarcas, es puro racismo.

(1) Agustín Vega Cortés, es presidente de Opinión Romaní.

La "oenegización": un mal de nuestros tiempos


Rebelión

[La cooperación internacional] “rasca en donde no pica”


Don Custodio Sajvin (Campesino maya de Chimaltenango, Guatemala)

Desde hace ya unos años, y cada vez en forma más marcada, el término "oenegé" se ha incorporado al lenguaje cotidiano. ONG, es decir: organización no gubernamental. La designación es amplia, cabiendo allí un espectro muy dilatado de posibilidades.

En sentido estricto, una institución no gubernamental puede ser cualquier organización no ligada al aparato estatal. Podría entrar en la categoría, entonces, toda la iniciativa privada, desde una microempresa unipersonal hasta una corporación multinacional; o una entidad deportiva autónoma, una fundación, un grupo de vecinos. Pero hay una aceptación tácita respecto a lo que se quiere decir con el término: si bien están marcadas por no pertenecer a un gobierno, como las empresas privadas, las ONG’s tienen la particular connotación de ser entidades sin fines de lucro ligadas al ámbito de la acción humanitaria. Aunque las iglesias, que también desarrollan un trabajo humanitario y que tampoco son entidades gubernamentales, y en algunos casos –los nuevos grupos neopentecostales no entran en esta clasificación– no tienen fines de lucro, no son ONG’s. Para entrar en tal categoría se necesitan ciertos emblemas. Un aspecto "bohemio", informal, casual –quizá una camisa con la imagen del Che pueda ayudar– completa el cuadro.

Las hay de todos los gustos, colores, tamaños y sabores. Se las encuentra por todos lados, en el Norte (en general colaborando con los sectores pobres, tanto de sus países como con los del Sur), y en el Sur del mundo (operando los fondos que vienen del Norte próspero). Se dedican a las más variadas cuestiones: desarrollo sustentable, educación, derechos humanos, salud, promoción cultural, medio ambiente, etc., etc. Viven de diversas fuentes de financiamiento: colectas solidarias, fondos públicos, donaciones de grandes empresas privadas (¿habrá también lavado de hot money?), pero el circuito es siempre el mismo: el Norte dona, el Sur recibe. Algunas son minúsculas, casi familiares; otras son monstruos de impacto mundial que a veces inciden con relativa fuerza en las políticas gubernamentales de los países donde actúan. En su mayoría son laicas, pero también las hay vinculadas a iglesias (católicas, protestantes). Por todo ello, dada esta amplísima variedad, se hace imposible establecer generalizaciones. Dicho en otros términos: entre las ONG’s hay de todo, absolutamente de todo.

Pero hay rasgos comunes que vale la pena destacar. Por lo pronto, cosa común para todas, son entes creados por vocación de servicio. No es la ganancia material lo que las genera, al menos en principio. De todos modos la recaída en estos patrones es algo siempre posible, y en no pocas ocasiones, más allá de las declaraciones de principio, eso puede terminar siendo el motor de las organizaciones. De todos modos, las ONG’s siguen siendo uno de los pocos espacios donde, a veces, la mística de servicio es posible.

El fenómeno de la "oenegización" –hoy día dando la clara sensación de "llegado para quedarse"– es bastante reciente, de estas últimas décadas. Es contemporáneo de las políticas de reducción de los Estados que han venido teniendo lugar desde la década de los 80 del siglo pasado. Ahí donde éstos se reducen o se retiran, entran las ONG’s como complemento. A veces, incluso como claro y abierto colchón, como bálsamo.

Más allá de las buenas intenciones, no hay duda que su incidencia es cuestionable, fundamentalmente por pequeña, por minúscula. ¿Por qué hay que reemplazar funciones que son inherentes al Estado? Si se profundiza el análisis, esto nos puede conducir entonces al cuestionamiento de todo el movimiento oenegista: ¿son realmente imprescindibles estos mecanismos, o están hablando de tendencias políticas donde su proliferación es funcional por razones que van más allá del humanitarismo? ¿Quién, entonces, se beneficia de ello?

En todo caso, lo que queda claro es que las agendas que las ONG’s ponen en marcha recuerdan la cita del epígrafe: respondiendo a las líneas fijadas por las potencias del Norte, que es de donde provienen los financiamientos, se hace lo que esas potencias estipulan, pero no lo que la población pobre a quien se dirige el esfuerzo necesita. Claramente lo sintetiza el politólogo Helmer Velásquez: "Como afirmaba Custodio Sajvin, veterano dirigente cooperativista de la aldea Caquixajay en Tecpán, Chimaltenango, [Guatemala] –allá por los años setenta–: la cooperación "rasca en donde no pica". Con esto aquel experimentado dirigente campesino indígena daba por sentado que los proyectos de desarrollo impulsados por los organismos internacionales se planificaban, diseñaban y ejecutaban al margen de las necesidades, intereses y designios de la población "beneficiaria" que en buena parte de los casos resultaba más bien víctima de las prenociones de la tecnocracia".

En algunos temas específicos no hay ninguna duda que han sido casi exclusivamente las ONG’s quienes fijaron agendas y abrieron debates, contribuyendo a generar políticas públicas; ahí están, por ejemplo, el campo de los derechos humanos, de la reivindicación de los derechos de género, del trabajo por el cuidado medioambiental, de la prevención del VIH/SIDA. Sin ellas, sin su esfuerzo, esos asuntos podrían seguir permaneciendo ocultos para los Estados y también para la sociedad civil. Incluso en más de algún caso fueron estas organizaciones instrumentos para apoyar movimientos populares con programas revolucionarios, por ejemplo en África y en América Latina; también, en algunos contextos, apoyaron hasta movimientos de acción armada. Una vez más: entre las ONG’s hay de todo, por supuesto.

Pero en otros campos, aquellos que tienen vinculación directa con lo económico duro –el hueso duro de roer de la estructura social– su incidencia es más baja. O nula. No siendo partidos políticos con proyectos asimilables a los códigos de la práctica partidista, guardando en general posiciones pretendidamente neutras, apolíticas incluso, las ONG’s tienen un impacto relativo en cuanto propuesta de transformación social. Aunque existen desde hace varias décadas, no han sido un genuino contrapeso a los poderes conservadores (aunque entre sus insignias figure la camisa con la estampa del Che Guevara en algunos de sus miembros).

Hoy por hoy todo el Sur, lo que llamábamos Tercer Mundo tiempo atrás, está inundado de ONG’s. Pero esa inundación, más allá de constituirse en fuente de empleo de una buena cantidad de cuadros técnico-profesionales tanto en el Norte como en nuestros atribulados países sureños, abre interrogantes sobre lo que realmente aporta a la equidad mundial. No se puede decir que no dejen su granito de arena al respecto, pero quizá llama la atención la desproporción existente entre la cantidad existente de ONG’s y su impacto real. No es que no sirvan para nada, por supuesto. Lo llamativo es ese auge ¿desmedido? de estas últimas décadas, y su incidencia en la vida concreta, en la atención de las reales necesidades de los "beneficiarios" (palabra que no puede dejar de producir cierto escozor, siempre ligada a beneficencia).

Insistimos: no es posible generalizar y dar una respuesta unívoca para un fenómeno tan variado, pero ante lo complejo del asunto no puede menos que abrirse algunos interrogantes: ¿por qué esta proliferación casi infinita de ONG’s? A veces son más las organizaciones que la población beneficiaria de sus acciones; ello lleva a una sobreoferta de servicios, quizá innecesarios, duplicando esfuerzos, por tanto desperdiciando recursos. Aunque se insiste hasta la saciedad con la necesidad de coordinar entre las que desarrollan acciones afines, una multiplicación siempre creciente de ONG’s lo torna difícil, cuando no imposible. ¿Divide y reinarás? Pero ¿quién divide? ¿Y quién sigue reinando entonces? Recordemos, como dice el refrán, que "quien paga los músicos pide las piezas".

Es también parte del discurso oficial del oenegeismo la prédica sobre la necesidad de no ser paternalistas, de no caer en asistencialismo. ¿Por qué esa machacona insistencia? ¿Se sabrá, sin decirlo, que el sólo hecho de establecer un circuito donde uno da implica que el otro recibe, y eso se cierra en sí mismo? ¿No se contribuye así a generar una cultura de la dependencia, de la beneficencia? Si tanto se insiste, ¿será que eso indirectamente nos habla de la dificultad –o imposibilidad– de ir más allá de la figura de la caridad?

La dinámica que ha ido tomando el mundo del oenegeismo dio como resultado una masa de técnicos-burócratas que se encarga de su administración; pero a veces da la impresión que ese universo de población (clase media, con formación media o universitaria) se autoperpetúa a sí mismo, por lo que los proyectos para sus organizaciones surgen a la medida de las mismas más que en función de necesidades comunitarias.

En los países pobres –el lugar por excelencia de intervención de las ONG’s– las acciones emprendidas dependen enteramente de recursos externos; es decir: se inscriben en el campo de la cooperación internacional. Aunque ello abre la pregunta sobre si el circuito en juego constituye un verdadero aporte solidario al desarrollo de los más pobres y excluidos, o es parte de un mecanismo de sofocamiento de zonas calientes, "bomberos sociales". Dada esa dinámica, ¿puede el trabajo de las ONG’s ser un real instrumento de transformación estructural, o es un bálsamo, un lenitivo? Hace 50 años que el Sur recibe "cooperación", y las cosas no han cambiado mucho. ¿Cuántos salieron de pobres con eso? Cooperación, claro está, que no es Plan Marshall que sí recibió la Europa de la post guerra.

Si hay solidaridad y un espíritu justiciero en el seno de las ONG, ¿por qué se repiten las diferencias abismales entre trabajadores externos y locales? (en sueldos, en beneficios, en proyectos a largo plazo). La precarización laboral que se ha impuesto en estos últimos años de capitalismo salvaje (llamado eufemísticamente "neoliberalismo") trajo como consecuencia los contratos en condiciones cada vez más desventajosas para los trabajadores. En las ONG’s ello también se repite. ¿Por qué?

Las precedentes no son sino preguntas orientativas; de ninguna manera se pretende invalidar el inestimable aporte que pueden constituir las organizaciones no gubernamentales a genuinos procesos de cambio, en el sentido más amplio. Que haya deslices, corrupción, injusticias, aprovechamientos, mentiras y falsedades en su seno no debe sorprendernos; eso es la condición humana (¿dónde no lo hay?) La cuestión que se intenta plantear es hasta dónde son un aporte al mejoramiento general…, y hasta dónde también pueden jugar como mecanismo de control social. Si para el desarrollo se necesita ese apoyo externo –apoyo minúsculo en dinero, pues no son el Plan Marshall, no hay que olvidarlo–, si siempre e inexorablemente se depende "de afuera", eso abre preguntas en cuanto a los límites de los mecanismos en marcha. ¿Pueden estas pequeñas inversiones –por las que, en el Sur, los trabajadores especializados oenegizados se matan y meten zancadillas en su búsqueda, frenética a veces– ayudar al genuino desarrollo? ¿O tenía razón lo que nos decía don Custodio, el cooperativista del epígrafe?