Saturday, September 25, 2010

¿Alguien tiene las respuestas?

Koldo Campos Sagaseta

24 de septiembre de 2010


Por qué las armas nucleares que Irán no tiene son más peligrosas que las armas nucleares que Israel acumula?

¿Por qué las penas de muerte que la justicia de Irán suspende son más lamentables que las penas de muerte que la justicia de Estados Unidos ejecuta?

¿Por qué es terrorismo tirar una bomba en una calle y no lo es tirar diez mil bombas sobre una ciudad?

¿Por qué los daños colaterales tienen muñones?

¿Es el fósforo blanco menos perjudicial para un palestino que para un israelí?

¿Por qué hacer estallar en pleno vuelo un avión estadounidense es terrorismo y hacer lo mismo con un avión cubano es disidencia?

¿Por qué Milosevic se suicidó en la cárcel y Aznar se dedica a impartir conferencias?

¿Qué principio democrático es el que hace posible que en las Naciones Unidas 5 votos valgan más que 192?

¿Por qué se habla más del muro de Berlín que ya no existe, que del muro israelí en Palestina que se sigue levantando?

Si es verdad que el fin no justifica los medios, ¿por qué acabar con Sadam requería arrasar Irak y derrotar a los talibanes exige destruir Afganistán?

Si es verdad que el fin justifica los medios, ¿qué se puede reprochar entonces a Ben Laden o a Al Qaeda?

Si al margen de razón y derecho, un demente desata la guerra porque, a su criterio, el mundo es un mejor lugar sin su enemigo, ¿por qué condenar a su enemigo cuando, al margen de razón y derecho, piense que el mundo es un mejor lugar sin el demente?

¿Por qué es noticia la muerte en Cuba de un preso en huelga de hambre y no lo es la muerte de 9 mil niños de hambre todos los días en el mundo?

Friday, September 17, 2010

Sakineh y Norma...


Koldo Campos Sagaseta

A la iraní Sakineh Ashtiani, todos la conocemos. Condenada a ser lapidada por la justicia iraní, esta mujer acusada de adulterio posiblemente salve la vida. Su caso va a ser revisado y es de esperar que se haga justicia y quede por fin en libertad.

A la colombiana Norma Irene Pérez nadie la conoce. Condenada a ser asesinada por el Estado colombiano, a esta mujer que descubriera y denunciara una fosa común en su país donde el ejército había enterrado dos mil cadáveres de campesinos a los que había asesinado, tampoco nadie la ha podido salvar. Hace unos días, cuando regresaba a su domicilio tras participar en una asamblea, esta mujer defensora de los derechos humanos fue interceptada por individuos armados. Días después apareció baleada y muerta.

En el caso de Sakineh Ashtiani es obvio que la presión de distintas instituciones, como Naciones Unidas, diferentes organismos y los grandes medios de comunicación, han contribuido notablemente, a salvar su vida.

En el caso de Norma Irene Pérez también es evidente que el cómplice silencio de instituciones, como Naciones Unidas, diferentes organismos y los grandes medios de comunicación, han contribuido a procurar su muerte. Contribución que aumenta su delito por el generoso respaldo que esas instituciones y medios de comunicación brindan a un narco-estado terrorista, que cuenta por cientos de miles las personas desaparecidas, asesinadas y desplazadas.

Si uno pone el nombre de la mujer iraní en el buscador digital de El País aparecen 68 noticias relacionadas con ella, y cientos más con otras referencias.

En el buscador del periódico El Mundo, también son centenares las referencias a Ashtiani.

En ninguno de esos dos periódicos, sin embargo, aparece una sola noticia, sólo una, que aluda a Norna Irene Pérez, amenazada de muerte desde que su valor e iniciativa pusiera al descubierto la mayor fosa con cadáveres del mundo, con dos mil víctimas de los llamados “falsos positivos”.

Recientemente, la revista Time, sobre la imagen de una joven afgana mutilada por un pariente, sentenciaba en su portada: “Lo que pasa si nos retiramos de Afganistán”.

¿Se animara ahora la revista Time, sobre la imagen de Norma asesinada, rodeada de sus tres hijas de 14, 6 y 4 años y de su hijo de 9 años, a titular: Lo que seguirá pasando si no invadimos Colombia? ¿O será que Colombia hace ya años que ha sido invadida y ocupada?

Thursday, September 9, 2010

Hombres sin inteligencia espiritual...


Escrito por: JOSÉ MIGUEL GÓMEZ

El humano postmoderno degluta lo superficial, lo banal, lo insustancial. Ha perdido la necesidad de buscar el sentido a su vida, su utilidad y su voluntad y su sentido de pertenencia para encontrarle más de una razón a su existencia, que no sea la del placer, la seducción y la gula por los momentos felices, como planteaba el profesor existencialista Víktor Frankl.

Ese hombre con anemia de ética, de moral y dignidad busca la conquista del “parecer” apuesta al relativismo, al ocasionalismo y al consumo de todo lo nuevo (neofilismo) sin ninguna crítica; solamente conquistar un nuevo estatus social.

Para mal, no hay que tener ni inteligencia múltiple, emocional, ni social, sencillamente adquirir habilidades y destrezas en aprender a ser resonante de lo que quiere escuchar y bailar la sociedad secuestrada.

Ahora Francesc Torralba un sabio profesor en filosofía de la Universidad de Barcelona nos pone a reflexionar con su libro Inteligencia espiritual. Dice: “vivimos en un desierto espiritual” y no se refiere a ninguna religión, a la falta de fe ni de católico, ni de protestante, ni a ningún rito o símbolo que busque aproximar al hombre a Dios.

La inteligencia espiritual aproxima a un hombre a sentir y vivir el compromiso con su prójimo, el amor y la compasión por el otro, a tener sentido de utilidad y de transcendencia en función de su altruismo social. Sencillamente, el hombre con inteligencia espiritual, no es un ser mezquino, individualista, egocéntrico, ni narcisista que solamente se preocupa por sus razonamientos mediáticos: goce, placer, dinero, status, confort.

Más que eso, la inteligencia espiritual pone sabiduría al hombre para vivir, para servir, para hacer posible el bienestar, la paz y la felicidad a otros seres humanos.

Se vive con armonía en lo interior y exterior, en consonancia y coherencia en lo que se práctica, o sea, reproducir la beneficencia, nunca la maledicencia; hacer el bien y hacerlo bien, con calidad y calidez, con equilibrio y eficacia.

Cada oportunidad, cada circunstancia se convierte en razones existenciales para prestar el talento, la inteligencia y el carácter al servicio de la humanidad, para hacer posible la realización y la trascendencia que hacen posible una existencia de utilidad.

Vale recordar a Nelson Mandela, a Teresa de Calcuta, Gandi, Dalai Lama, Martín Luther King o de este lado, a Juan Pablo Duarte, Juan Bosch y tantos más.

El hombre intrascendente se hace adicto a sus hábitos, se encadena a sus placeres mediáticos; vive pendiente de los resultados, de sus ganancias y sus beneficios particulares; de ¡ay! su agonía y su despersonalización. Su gran temor por las pérdidas, y su ansiedad por dejar los placeres, que representan su existencia y la conquista a su propio yo.

Torrealba plantea cómo la inteligencia espiritual hace al ser humano más receptivo, más sensible, más plenamente integrado en entorno. Sin embargo, reflexiona las diferentes formas en que el ambiente materialista, pragmático, utilitarista y consumista atrofia la inteligencia espiritual.

El hombre postmoderno es un ser pobre, sin utopía y sin ideales, sin ideología y sin principios, que relativiza las palabras, se maquilla el rostro, y el sentido de su vida es calmar su gula personal.

Ahora para mal, también con anemia y atrofia de la inteligencia espiritual, ¡Oh Dios! De qué hombre hablamos, de qué sociedad, de qué familia, de qué políticos.

Parece que hay que asumir la inteligencia espiritual, la social y la emocional para desarrollar un ser humano nuevo, trascendente, de contenido más afectivo, más cultural y más altruista. Sencillamente, más existencial.


APOYEMOS LA EDUCACION (MAYOR PRESUPUESTO)

CRITICA SOCIAL NO APTA PARA IDIOTAS...


Por: Hilda Arzeno

Hay miércoles, jueves o domingos que es mejor permanecer bajo los escombros de una sabana vieja con olor a ti, que salir al mundo real a pensar y lamentar no estar mejor que Juan o la loca que camina desnuda todo el malecón. Y resulta que la cotidianidad huele mal, nos acostumbramos al mismo discurso, a vivir de asalariados, en un sub-mundo donde las musas saben a mierda y donde trabajar por pasión resulta cliché. Vivo en el mundo real, ese de levantarse temprano a buscar con que vivir para algún día tener un cuarto de docena de hijos a quienes mentirles diciéndoles que en esta patria se puede adelantar, se puede ser bueno, sin ser político, ladrón o narcotraficantes, soberbias mentiras, idiota tu que te crees ese cuento.

Las noches son iguales para todos los pobres. Los mosquitos, Sí esos malditos que te pican justo cuando no hay luz y los ojos se cierran por el cansancio o cuando aún se está alelado por la hartura de arroz del que quedo al medio día. Sí porque así vivimos los pobres, incluso aquellos que nos colamos al saco de clase media porque ganamos algunos centavos, pero resulta que calidad de vida es una frase para consolar la impotencia de vivir en país que da asco cuando se conocen sus entrañas y la realidad de su gente. Gente como tú y como yo que vive jodida, Sí bien jodida, creyendo en políticos que hacen campaña para prometer, para ilusionar conciencias, para aligerar esperanzas, pero siempre es la misma mierda. Hoy no escribo como dominicana. Escribo como mujer, como hija, como amiga, como hermana, como prima, como una ciudadana que no creció en cuna de oro, que no es amante del sushi ni la langosta. Que desde siempre conoció el olor del barrio, los ruidos que hacemos los pobres cuando en las noches no hay luz, cuando la ira abruma porque en la casa los cuartos no alcanzan. Esa misma mujer que tiene tías, primas y amigos que viven jodidamente peor que yo, que saben bien que esta patria de cartón solo algunos la disfrutan.

Este país no es un país, se ha convertido en un Paquito de verdades dibujadas y campañas de promoción bien efectivas. Mi querida patria, que ya no es mía. Es de los ladronasos que la gobiernan y de una que otras patrias que se inmiscuyen en lo que no les incumbe. Que dirían quienes la liberaron, que queda de ese sentido de pertenencia, donde está. Este no es mi país, este mismo donde la prensa calla lo que debe decir, donde los médicos no atienden a quienes no tienen cuarto, este país donde los pobres no son más que una vaina que no le importa a nadie.

Donde quienes son capaces de dar algo hacen alarde de su esplendidez haciendo comerciales con tarjeticas, canasticas, funditas y cual porquería se les ocurre para callar barrigas vacías y mentes sin rumbos, porque es lo que produce una patria sin oportunidades y un país a la deriva. O pregunto qué pasaría si todos los dominicanos tuvieran una visa para irse de este país, que es un paraíso secuestrado por los políticos. Qué pasaría si todos levantáramos la voz y dijéramos que estamos hartos de tanta corrupción, de tanta inseguridad, de tantas mentiras, de tantos atropellos, que pasaría si de verdad esto fuera un país y no un pedazo de patio gobernado por narcos.