Monday, November 30, 2009

Conspiración de Estado?


El presidente John F. Kennedy mortalmente herido de balas es conducido al Parkland Hospital. Foto fuente externa




A 46 años del magnicidio que conmovió al mundo, ocurrido el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, todavía predomina el escepticismo sobre este crimen
28 Noviembre 2009, 11:49 AM

Saber quién y por qué razón mataron a Kennedy son aún preguntas sin respuestas

Escrito por: Por Rafael P. Rodríguez

Un hombre público con elevadas responsabilidades que pueden ser las de presidente de una potencia en ascenso, que puede llamarse John F. Kennedy, y haber quedado mal parado con la Real Politik, sus promotores, que deciden a la sombra, es eliminado en plena vía pública con la ayuda eventual de la suerte y un rifle potente desde las manos vengativas de un “paranoico” y desde una distancia respetable.

Esa está dentro de las posibilidades que permiten las circunstancias de un momento potencialmente flamígero. No hay ejercicio político que no entrañe riesgos. Desconocerlo puede revocar el más prometedor liderazgo. Incluso le puede esperar un desenlace funesto en condiciones parecidas a cualquiera que no llegue a ser presidente.

Pero la escogencia del blanco preciso difícilmente puede ser disputable al azar o al capricho de una persona que no buscara otra cosa en el mundo que eliminar a un popular dirigente político que ejerce el cargo presidencial. Ahora mismo hay personas cuyas adrenalinas anhelan todo tipo de aventuras desorbitadas. Pero aquellos días eran otros con expectativas bastantes diferenciadas.

La conspiración -hay que precisarlo bien- que habrá de disponer de la vida de un mandatario de esas dimensiones, que ingenuamente confiado, en una era de política interna más o menos flexible, y que se expone a las miradas y al calor de la multitud complacida y admirada de su líder, ¿puede ser el trabajo sombrío, glacial, de una persona que actúa en solitario?

¿Puede ser ésta la obra de un hombre sólo, resentido políticamente talvez, aunque nada ni nadie lo ha demostrado, actuando como si perteneciera a la vengativa Cosa Nostra, cuando lo que hay en perspectiva de por medio es que el presidente se ha pronunciado por el desarme mundial conociendo perfectamente que hay inmensos intereses de por medio que se oponen a ello?

¿Puede ser ésta la obra personal de alguien que nunca admitió haberla ejecutado y que la negó ardientemente, cuando parece cierto, según lo declara el porvenir, que no se trató de un trabajo de aficionados.

Sobre todo cuando a la experiencia de Bahía de Cochinos, una operación fracasada contra Cuba, entonces abiertamente hostil, se suma la negociación del desbloqueo a la isla con la Unión Soviética que impidió el choque bestial de dos potencias armadas con nucleares y a punto de la inminente colisión de consecuencias devastadoras?

El archivamiento, con categoría de Estado, a un plazo de cincuenta años, del expediente Kennedy, el primer presidente católico, no militarista, por cierto, lo cual resulta algo extraño- en sus contextos más conflictivos, ya va sorbos de un caldo espeso, con todas las implicaciones evidentes y ciegas de esa decisión, sobre todo aquella que enfría el debate jurídico e impide tomar acciones ejemplarizadoras contra posibles culpables de Estado. Se trataría, pues, del crimen perfecto, pulido en el camino, perfeccionado después de algunas medidas silenciadoras, las más comprometidas en una indagación profunda.

Esa prensa norteamericana tan exquisita que dispone de ingeniosas formulaciones justificatorias habrá de decir posteriormente que al clan Kennedy “le persigue un maleficio” oscuro, un fucú, una predisposición a la fatalidad. Así, con estas dosificadas precisiones de muerte sistemática, hasta Lucifer tiembla en su incómodo y envejecido averno, ya casi pasado de moda. ¡Qué sofisticados nos hemos tornado!

Habiéndose despejado el enorme polvo levantado en años de estupor y de espera, el magnicidio permite ahora las conjeturas que no podían incluirse en los informes de una comisión investigadora que se atuvo única y exclusivamente a los pormenores del homicidio puro y simple sin explorar las posibilidades ciertas de la conspiración política estamentaria. Un presidente puede ser asesinado por un “paranoico” insensible -si ese es el rol que se le quiere hacer representar a un hombre que no dejó pruebas de haberle odiado y que después es asesinado para que no devele la trama. Porque un presidente de alto vuelo puede ser asesinado-impunemente- por un sistema, por su sistema.

Creer en la planificación del asesino que prepara un plan única y exclusivamente para salir de un presidente que no le simpatiza-pero del cual no deja ningún testimonio de odio y luego niega con vehemencia haberlo matado- es de una ingenuidad todavía mayor.

Ese “puzzle” superior de intriga pobremente velada se va complicando todavía más cuando el futuro, ya maduro y repuesto del trauma pos asesinato, permite ver que a las pesquisas y experticias realizadas se le ha adicionado, no sin cierto sentimiento de intriga política, el dato de que el supuesto asesino, Lee Harvey Oswald, había viajado y era simpatizante fiel de la Unión Soviética.

Pero todos se cuidan de acusar a la potencia rival, en ese momento vertiginoso, de haber preparado o alentado incluso el potencial crimen de Estado. En medio del horror y como para agregar nuevas advertencias y argumentos conclusivos, asesinan al único hombre con las mejores probabilidades de llegar al trasfondo de todo, el procurador general, su hermano Robert. ¿No es como para creer de manera más firme y segura, en la conspiración a gran escala que tiene su punto taxativo de interlace en la eliminación física de un gobernante que ya más que cualquier otra eventualidad es un problema?

Muerte Kennedy

La muerte de John F. Kennedy (1917- 1963), el trigésimo quinto presidente de Estados Unidos, ocurrió el viernes 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas, a las 12:30 del mediodía. Ejerció como Presidente desde 1961 hasta 1963.

Thursday, November 26, 2009

Complejo de inferioridad.-


Al dominicano le gusta echarse a muerto y se acompleja por todo. Es hora de comenzar a valorarnos y comenzar a mostrar la cara más digna que podamos.

Es una cuestión de actitud personal. El que se pasa el día quejándose de que está "jodío", que las cosas están mal, crea en su mente una nube de desencanto que le acompañará durante toda la jornada.

En cambio, el que pone buena cara, el que trata de sonreír y prepararse una limonada con el limón que le dio la vida, a ese las oportunidades le sonríen y probablemente termina el día tomando de una cerveza que no ha pagado porque le cae bien a la gente.

Yo podría entender que si al tomar una actitud negativa ante la vida las cosas se fueran a resolver, estaría justificada esa actitud. Pero, al contrario, hasta le salen arrugas de tener el ceño fruncido. Nadie compra naranjas agrias para comer. Ponga buena cara y el día le sonreirá.

Lo mismo pasa con la actitud del dominicano ante los exámenes, ante la solicitud de empleo o ante cualquier reto que le pongan en frente la vida. Si no se enfrentan con actitud positiva, lo más probable es que se fracase. Y no vale la pena echarle la culpa a la falta de un "enllave", al profesor, o a quien quiera. Uno se gana la buena suerte con una actitud positiva en la vida.

En conclusión: no es negocio poner mala cara, ni vivir quejándose. La vida le sonreirá si usted le sonríe primero y si al hacerlo pone su confianza en Dios, en la fuerza propia y en la bondad de la gente.

Se acordarán de mí.

atejada@diariolibre.com

De Diario Libre

ONU declara cementera en Los Haitises no es viable!

El proyecto no cumplió con el rigor técnico y científico

SANTO DOMINGO.- El proyecto del Consorcio Minero Dominicano para instalar una cementera en la comunidad de Gonzalo, en Los Haitises, no es pertinente, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Sin embargo, dejaron claramente establecido que a quienes le corresponde tomar la decisión final sobre la instalación de la cementera es al Gobierno dominicano.

El proyecto no cumplió con el rigor técnico y científico, ni se observaron adecuadamente todos los principios del marco legal ambiental, de acuerdo a la misión de expertos de las Naciones Unidas que evaluó el proceso de otorgamiento de la licencia ambiental.

Tras la evaluación se determinó que la construcción de la cementera, en la comunidad de Gonzalo, afectaría el medio ambiente y crearía un alto grado de incertidumbre sobre la estabilidad geológica de la región, sobre el paisaje y fundamentalmente sobre los acuíferos superficiales y subterráneos de la zona kárstica de los Haitises.

La evaluación del PNUD al proyecto del Consorcio Minero Dominicano para instalar la cementera, se originó a instancias del Gobierno por la gran oposición que hicieron grupos ecologistas y de la sociedad civil ante el anuncio de la construcción de la obra.

Las Naciones Unidas al informe incluyeron un capitulo de recomendaciones orientadas al fortalecimiento institucional, las sostenibilidad ambiental y a mejorar la calidad de vida de las presentes y futuras generaciones.

Reacciones

La reacción favorable de la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y representantes de organizaciones populares no se hizo esperar, quienes exigieron de inmediato que el Consorcio Minero Dominicano devuelva los terrenos que adquirió de los campesinos a precios irrisorios.

De su lado, Valerie Julliand, coordinadora residente del Sistema de Naciones Unidas, saludó el interés mostrado por la ciudadanía al ejercer su deber y derecho de monitorear cualquier proceso que afecte los intereses públicos.

Dijo estar convencida de que ese proceso fue un paso fundamental para el fortalecimiento de la democracia en la República Dominicana.

De Mayra Ogando

Tuesday, November 24, 2009

Los hipócritas.-


Por Koldo Campos

Los hipócritas no tienen rostro, apenas la sonrisa maquillada con que ensamblar la pose y la fachada para poder sumarse al carnaval y simular una apariencia humana.

Los hipócritas no tienen amigos, como mucho otros socios de embozos y emboscadas con quienes tramar complicidades y multiplicar los beneficios.
Los hipócritas no tienen sueños, quizás las alas rotas de tanto otear el suelo, si acaso la utopía a plazo fijo o la pesadilla del espejo cuando el tiempo se cobre los olvidos.

Los hipócritas no tienen palabras, únicamente voces de artificio, registros de fogueo con que acallar conciencias y maquinar coartadas. Seguir leyendo...

Los hipócritas no tienen vergüenza, la extraviaron delante de sus ojos el día en que aprendieron a ignorarla para no exponerse más a verla.

Los hipócritas no tienen memoria ni conservan archivos de su infamia, que no hay verdad que no deba mentirse ni mentira que no pueda afirmarse.
Los hipócritas no tienen amor, sólo miedo a conocerse y a que los descubran, a que la vida reivindique su pulso y los pulmones dejen salir el aire.
Los hipócritas no tienen Dios, les basta darse golpes en el pecho invocando su nombre en el temor de que alguna vez los oiga.
Los hipócritas no tienen pasado, se conforman con negar las evidencias y esconder sus páginas en blanco, siempre cautivos de la farsa urdida pero a salvo del dictamen de la historia.
Lo único que, en una sociedad como la nuestra, tienen los hipócritas es... futuro.
Pero, eso sí, un futuro sin rostro, sin amigos, sin sueños, sin palabras, sin vergüenza, sin memoria, sin amor, sin Dios, sin pasado... sin futuro.

Cuando se va perdiendo todo...

Todos nos hemos enamorado de una forma u otra do, hemos probado el dulce sabor del amor, pero la verdad es que, últimamente, me duele saber que hasta vamos perdiendo el color de las cosas. El valor de una flor, la inocencia de un beso se desvanecen... y me duele porque siento que esas historias de película que a todos nos gustan (aunque los “machos” digan que no, que es cursi, que eso no existe, que es una novela ficticia) han tenido una magia que hemos dejado acabar.

Me he quedado con la servilleta de papel, que tal vez alguien en algún momento, mientras conversábamos, nada más, creó para mí. Me quedé con las rosas rojas, nada importadas, ni traídas de Holanda, sostengo esas flores que no tenían un exceso de estética, pero que decían tanto y que desnudaron mi sonrisa, cuando llegaron una mañana, sin ninguna razón especial, sino porque él quería decirme que no tenía que llegar San Valentín ni Navidad ni mucho menos mi cumpleaños para demostrarme lo especial que soy. Aún sigo tejiendo un amor, que se agota y desbarata con el tiempo y me duele saber que se ha perdido tanto.

Visualizo a pocos jóvenes en los estacionamientos abriendo puertas a las damas. En mis sueños faltan las historias de los enamorados que caminan en el parque y se besan y son “aparentemente” felices, en mis pensamientos se abundan las ideas de lo que era capaz de hacer un hombre por una mujer cuando se encontraba enamorado. Intentaré creer que soy yo la que no he sido afortunada y reconoceré que estoy equivocada, que ahí afuera hay relaciones que mueven montañas, que un beso es capaz de dar respiración a un cuerpo que va muriendo por la deslealtad, por la falta de honestidad. Terminaré de escribir y archivaré en la pupila de mis ojos un bello relato de amor y pasión para olvidar que en esta tierra de caballeros y amantes se va perdiendo el amor, se va perdiendo la paz, se va perdiendo todo.

Friday, November 20, 2009

El dinero no puede comprarte amor.-


ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS. Una pobre victoria para Michael Bloomberg, pero grandes avances en otro lado.


El día de las elecciones en Queens, un votante le preguntó a una compañera newyorkina sobre cómo usar la máquina de votación. "Dulzura", ella le contestó en un humeante acento de New York, "siempre y cuando votes por Bloomberg, no importa", y cuán correcta estaba. Michael Bloomberg, el actual alcalde independiente de New York venció por muy poco margen a Bill Thompson, su desconocido y mucho más pobre rival demócrata. En lo que resultó ser una vergonzosa y estrecha victoria, Bloomberg ganó por sólo un 5%, días después que las encuestas lo señalaban adelante por dígitos dobles. Esto estuvo muy lejos de su victoria por un 20% en el 2005.

Se considera que Bloomberg gastó US$100 millones para ganarse un tercer período en la alcaldía, excediendo los US$85 millones que gastó la última vez y los US$74 millones que invirtió en el 2001. Aunque para un hombre que vale US$17 mil millones, más que cualquiera en New York, esto representa sólo unas cuantas monedas. Que esto sea bueno para la democracia o no, es otra cosa. Michael Bloomberg pudo superar en gastos a su rival por alrededor de 16 a 1.

Bill Thompson debe estarse preguntando cuál hubiese sido el resultado si él hubiese tenido más que un apoyo simbólico de sus amigos demócratas, o si Bloomberg no hubiese bombeado esta obscena cantidad de efectivo para asegurar su victoria. Barack Obama apoyó a medias la elección de su partido, y aunque hizo campaña con mucho entusiasmo por Jon Corzine en New Jersey varias veces, no cruzó el Hudson ni una sola vez para apoyar a Thompson.

Michael Bloomberg difícilmente puede ver su victoria como un mandato en su tercer período. Las encuestas a boca de urna sugieren que los votantes estaban desencantados con sus maniobras políticas del año pasado para variar los límites de su período, aunque muchos entienden, y con justeza, que él ha sido un buen gerente. El crimen está en baja, las escuelas están mejorando y ha rediseñado la ciudad a través de su re-zonificación.

Situaciones de suspenso fueron la norma en las elecciones a las alcaldías en el resto del país. Habrá segunda vuelta en Houston y en Atlanta. Annise Parker, contralora de la ciudad, puede convertirse en la primera alcalde de Houston abiertamente homosexual. Ella se enfrentará a otro demócrata, Gene Locke, otrora abogado de la ciudad y quien puede convertirse en el segundo alcalde negro del pueblo. Y en Atlanta, Mary Norwood, concejal de la ciudad, aspira a convertirse en la primera alcaldesa blanca en una generación. El próximo mes, ella se enfrentará a Kasim Reed, un senador estatal de raza negra. La carrera por la alcaldía de Seattle estaba empatada cuando The Economist estaba en la imprenta. Mike McGinn, un ambientalista, todavía está peleando con su copartidario demócrata John Mallahan, un ejecutivo de T-Mobile, quien gastó tres veces más que su oponente (1). Mientras tanto, Tom Menino, fácilmente ganó un quinto período sin precedentes en Boston. Y un pagano fue elegido al consejo de la ciudad de New York.

Nota: (1) En Seattle, Mike McGinn ganó la alcaldía, con 4,939 votos de ventaja sobre John Mallahan.

En lo que resultó ser una vergonzosa y estrecha victoria, el señor Bloomberg ganó por sólo un 5%, días después que las encuestas lo señalaban adelante con dígitos dobles. Esto estuvo muy lejos de su victoria por un 20% en el 2005.

© 2009 The Economist Newspaper Limited. All rights reserved.

De The Economist, traducido por Diario Libre y publicado bajo licencia. El artículo original en inglés puede ser encontrado en www.economist.com

De Diario Libre

Wednesday, November 18, 2009

Tiempo de decir la verdad!

Los políticos necesitan decir la verdad acerca de las drogas, no atacar a aquellos que son lo suficientemente valientes para decirlo.


El primer ministro británico, Gordon Brown, fue citado diciendo que el cannabis es "letal".

Fue insensato por parte de Richard Nixon describir la prohibición mundial de los narcóticos como una "guerra contra las drogas". Pero la prohibición, la cual marcó un sombrío 40 aniversario este año, ha sido muy parecida a una guerra en un sentido: la primera en morir ha sido la verdad. Su última víctima es David Nutt, un eminente Doctor en psicofarmacología, que fue cancelado de su función como presidente del panel del consejo de drogas británico el 30 de octubre, luego de una ruptura con el secretario de interior. El doctor Nutt fue acusado de sobrepasar la raya entre consejo e interferencia cuando reiteró su opinión de que el cannabis y el éxtasis eran menos dañinos que lo que afirmaba el gobierno.

Las peleas entre los ministros y sus consejeros científicos no son nuevas ni inusuales: Winston Churchill comentaba con desprecio que los expertos deben estar "disponibles, no por encima", ("on tap, not on top") y que los consejeros en todo, desde educación a energía, rutinariamente están a favor o se callan, de acuerdo a los antojos de los ministros. Pero en política de drogas, las relaciones están seriamente dañadas gracias a la brecha que se ha abierto entre la evidencia que los científicos proveen y las políticas que los políticos están preparados a apoyar en público. La parte culpable son los políticos - y hasta que adopten una aproximación más realista hacia las drogas, van a luchar por encontrar expertos serios con quienes puedan llevarse bien.

Evidencia basada en política

Anular o rechazar el consejo de los expertos es una prerrogativa de los ministros. Pero en política de drogas, el consejo ha llegado a ser totalmente rechazado. A pesar de decir que sigue un enfoque basado en evidencias para determinar las políticas, el gobierno británico ha ignorado continuamente las investigaciones que no apoyan su posición. Cuando sus expertos en drogas comenzaron una revisión sobre la nocividad del cannabis en el 2007 (la tercera revisión en cinco años, las dos previas fallaron en proveer una respuesta correcta), Gordon Brown, el nuevo primer ministro, puso en claro su intención de aumentar esta droga tres puntos en la escala británica de daño aun cuando el reporte recomendara lo contrario (lo cual decididamente hizo). Al año siguiente, cuando el panel de expertos comenzó una revisión del éxtasis, el entonces secretario de interior rechazó bajar la droga en la escala, sin importar la evidencia encontrada por el reporte de que debería hacerlo ( como de nuevo sucedió).

Estas repetidas confrontaciones con los hechos fueron bastante vergonzosas, pero la solución que el gobierno ha encontrado ahora de despedir al doctor Nutt es aún más vergonzosa. Los inconvenientes comentarios del profesor no fueron parte de una "campaña" contra las políticas gubernamentales, como han sugerido estridentemente los ministros: éstas fueron incluidas en un artículo en una revista profesional de farmacología y en una conferencia en el King's College de Londres. Si los consejeros académicos no asalariados son cancelados por publicar tales investigaciones, pronto no quedarán muchos.

El debate sobre las drogas se ha divorciado tanto de la realidad, que es difícil imaginar qué clase de consejos - y que tacto exquisito - se requeriría para evitar avergonzar de manera inadvertida a los políticos en cuanto a sus pronunciamientos descabellados sobre el tema. El Sr. Brown, por ejemplo, fue citado diciendo que el cannabis es "letal". No lo es, y eso no es discutible.

Tristemente, la aproximación libre de evidencia para tratar sobre drogas parece no menos popular con la oposición conservadora británica. Antes de convertirse en su líder, David Cameron apoyaba un reporte parlamentario que pedía que el éxtasis fuera degradado en la escala y para que el gobierno impulsara que la comisión de narcóticos de la ONU hablara acerca de las diferentes vías de atacar las drogas, incluyendo su legalización. Ahora que está cerca del poder, su confianza lo ha abandonado: dice que ninguna droga debe ser degradada y que la línea política de su partido acerca de la cancelación del doctor Nutt es que esto debió haber ocurrido antes. Este desprecio por los hechos -y por las vidas que podría salvar un enfoque basado en evidencia sobre las drogas- es deplorable.

En política de drogas, las relaciones están seriamente dañadas, gracias a la brecha que se ha abierto entre la evidencia que los científicos proveen y las políticas que los políticos están preparados a apoyar en público.

© 2009 The Economist Newspaper Limited. All rights reserved.

De The Economist, traducido por Diario Libre y publicado bajo licencia. El artículo original en inglés puede ser encontrado en www.economist.com

De Diario Libre

Monday, November 16, 2009

El fracaso de los modelos económicos.-

Escrito por: MINERVA ISA (m.isa@hoy.com.do)

En 50 años han creado riquezas pero sólo han beneficiado a unos pocos.

Casi medio siglo de crecimiento económico, de devastación ecológica y degradación humana, saldo agridulce de un modelo de desarrollo que cambió la fisonomía del país, transformó al dominicano y a la dominicanidad, regido por un Estado patrimonial que consagró la corrupción y quebró la institucionalidad, convirtiendo el clientelismo en respuesta envilecedora a la pobreza y a la ignorancia, a la falta de empleos y de oportunidades.

Un modelo elitista y socialmente excluyente, con un balance a 2008 de 3.6 millones de pobres, más de un millón en la indigencia, que al subrayar la dualidad entre ricos y pobres engendró males sociales agigantados con la desatención estatal, hoy traducidos en un clima de inseguridad que a nadie le es ajeno.

Desequilibrios

Cinco décadas de un patrón de desarrollo con marcados desequilibrios económicos, sociales, sectoriales y regionales, que renegó del campo y alentó migraciones de dominicanos y haitianos a las ciudades, atraídos por la “siembra de varilla y cemento” desde los multifamiliares de Joaquín Balaguer a los elevados de Leonel Fernández. El aumento de la población urbana nacional de 30 a 64% generó una explosiva y anárquica expansión en Santo Domingo y otras urbes, agravó el déficit habitacional, la dotación de servicios y el saneamiento ambiental, con arrabales que circundan torres y plazas comerciales, nuevos templos de un consumismo desbordado sin una base productiva que lo sustente, provocando un déficit compensado con endeudamiento y el lavado de activos del narcotráfico que contaminan la economía.

Saldo amargo de la ausencia de una auténtica ciudadanía, de la pasividad y permisividad de la sociedad, las complicidades y contubernios entre el poder político, económico y militar que dan vigencia a un sistema motorizado por la búsqueda apresurada de rentabilidad económica y política.

Sostén de estabilidad

Contraviniendo principios de una pretendida democracia, frágil, incompleta, los partidos reformista, perredeísta y peledeísta impusieron un estilo de gobierno que magnifica el reparto de los bienes del Estado como sostén de la estabilidad política y la gobernabilidad, con concesiones y dádivas desde la cúpula a la base social.

Del barril sin fondo del gasto público, miles de millones de pesos se pierden en una hipertrofiada burocracia, duplicando la nómina del gobierno entre 2000 y 2009, al pasar de 353,000 empleados a alrededor de 600,000, con botellas y nominillas que junto a barrilitos, subsidios y canonjías tornan estéril el gasto estatal. En un dispendio sin paralelos engullen los fondos de impuestos y préstamos, elevando una deuda pública que de poco más de US$30 millones en 1960 hoy cifran entre US$11,435.4 millones y US$17,396.2 millones mientras añejos males estructurales se entretejen con problemas coyunturales, encadenándose la pobreza y el desempleo a la violencia y a la delincuencia, a la criminalidad y el tráfico de drogas que permea todos los estratos sociales, espoleado por la búsqueda de dinero rápido y desbordadas expectativas de consumo.

¿El resultado?

Una asfixiante inseguridad e incertidumbre que agria el balance de un modelo que generó crecimiento económico pero no desarrollo, produjo riqueza pero no equidad, y a fuerza de despojo de la tierra y parte del jornal concentró en 10% de la población la mitad de las riquezas, del Producto Interno Bruto incrementado en medio siglo de US$538 a US$46,000 millones.

Falta de compromiso

La inequidad masificó la pobreza, cuya causa principal atribuyó el Informe Nacional de Desarrollo Humano de 2005 no a la falta de financiamiento y de recursos económicos, sino al escaso compromiso con el progreso colectivo del liderazgo nacional político y empresarial en las últimas décadas. A la ausencia de un pacto social, de participación, solidaridad y empoderamiento de los sectores mayoritarios.

Se perpetúa, así, un modelo de alto consumo de bienes importados, atenuado por la crisis, que genera poco empleo y demanda empleos precarios, de baja cualificación y productividad. Y que al marginar la educación y la salud carece del capital humano indispensable para la competitividad en un mundo globalizado que privilegia el conocimiento y requiere de estándares más exigentes para la plataforma productiva, las instituciones y la formación humana.

No retribuye

El sistema imperante propició la desigualdad y falta de oportunidades, al sustentarse en la acumulación y el despojo, en un bajo salario individual y social, que no retribuye los impuestos con servicios públicos, y al cabo de medio siglo acumuló males sociales, sin asomar aún una clara definición de cómo enfrentarlos: alto déficit en educación, salud y vivienda, electricidad, agua potable y transporte. Problemas reiteradamente advertidos en los años setenta, cuando aumentaron pese al auge económico, agudizándose con la crisis de los ochenta, manteniéndose en la bonanza de los noventa, y que en la primera década del siglo XXI persisten peligrosamente agigantados.

Esas y otras debilidades acuciantes, las demandas de mayor productividad y competitividad llevan a reclamar un cambio en la sustentación del desarrollo, en la práctica política y en la conducta ciudadana.

¿Nuevo modelo?

Las propuestas de un nuevo modelo de desarrollo despiertan dudas sobre si el liderazgo político y económico estará dispuesto a cambiar su tradicional forma de actuar. ¿Estarán los gobernantes en actitud de deponer el inmediatismo, jerarquizar las prioridades en pos del desarrollo humano aunque políticamente sea menos rentable a corto plazo? ¿Será compromisario el sector empresarial con una mayor equidad en la distribución de la riqueza?

El modelo de desarrollo marginó la agropecuaria y privilegió los servicios

El fracaso del neoliberalismo vuelve la mirada a la agropecuaria aún de quienes renegaron del campo, donde las huellas de más de 30 años de abandono reclaman no sólo elevar la producción y la productividad, sino también las condiciones de vida de los campesinos.

Urge volver al campo, pero al mirar hacia las deshabitadas zonas rurales se evidencia que no tienen la pujanza de 1960, cuando concentraban dos tercios de la población nacional y 409,334 de las 597,931 viviendas del país, cuando la agropecuaria representaba cerca del 30% del PIB y abarcaba un 60.6% de la fuerza laboral, frente a sólo 18.1% de los servicios.

Los campesinos optaron por la emigración, los técnicos agrícolas desertaron, quedan pocos y no hay relevo, la Agronomía es una de las carreras menos demandadas. Y, si bien asoman ciertas innovaciones, la brecha tecnológica es inmensa, persistiendo rudimentos en los métodos de cultivo. Allá aguarda una mano de obra descalificada para la competitividad, la reserva de inmigrantes haitianos acrecentada con la anuencia y beneficio de políticos, militares y empresarios agrícolas y de la construcción, la preferida desde los ingenios para no tecnificar el corte de la caña, la absorbida en sus fincas por los hacendados para elevar la rentabilidad con salarios más bajos, la que gana espacio en el comercio informal y el turismo.

Los campesinos criollos se fueron a las ciudades o al exterior, compelidos por un modelo de desarrollo que no retiene la población. De 2.8 por mil en 1960 la tasa de salida al exterior de dominicanos pasó a 105.7 en 2002. Pero durante la presente década y particularmente con la crisis internacional, se cierran las puertas a esta válvula de escape a la presión social, sobre todo en los dos principales destinos: Estados Unidos y España.

Además de las remesas, ascendentes a US$3,110 millones en 2008, el éxodo al exterior trae desintegración familiar, transculturación e inversión de valores, extraños patrones conductuales que desdibujan la identidad dominicana.

Saturday, November 14, 2009

Berlín y el muro vistos desde mi lado.-


Cayó el muro hace 20 años y una matrona de Alemania oriental gobierna la república, unificada tras una división forzosa y arbitraria al concluir la Segunda Guerra Mundial. No hay ya frontera física ni ideológica, pero dos décadas han resultado insuficientes para borrar las diferencias impuestas por regímenes antípodas.

Alemania es una, y Berlín, la capital, también. Sus grandes avenidas rebosan de tránsito, lujosos almacenes, boutiques, restaurantes y cafés que contrastan con aquella ciudad fragmentada que conocí años atrás.

Las inhibiciones políticas desaparecieron junto a otras que han hecho de la capital alemana una de las más tolerantes de toda Europa. La simbólica Puerta de Brandemburgo, otrora en un limbo geográfico, ahora queda en tierra de todos. La cuadriga romana remata una vez más la construcción neoclásica que recuerda la Acrópolis de Atenas, con su cruz y águila tal como la diseñó Schadow y que el prejuicio comunista se había llevado. Los caballos de tiro van de nuevo enrumbados hacia la ciudad, y también hacia el futuro.

Ya no hay estaciones prohibidas ni cerradas al público. El S-Banhs y el U-bahn, el metro y los trenes regionales, operan sin el óbice político o geográfico, deshaciendo las distancias físicas y las otras que impuso el pasado comunista.

Oeste y Este son sólo referencias a puntos cardinales en los aeropuertos de Tegel y Tempelholf, por donde se pone el sol, y Schönefeld, por donde nace. Dejaron de servir un destino identificado con una ideología. Se quedan pequeños para un Berlín ya crecido, y los dos primeros cerrarán en unos años para dar paso a un gran aeropuerto internacional, acorde con la grandeza e importancia del Berlín reunificado.

Berlín Oriental era otro mundo, al que se accedía por el Checkpoint Charlie y la rigurosa inspección del autobús turístico. Todos éramos sospechosos, todos éramos enemigos. Los guardianes-verdugos del muro no disimulaban la desazón que les producían estas hordas de extranjeros curiosos. Sus órdenes eran impedir a como diese lugar el paso hacia el Oeste y la libertad. No tanto hacia el Este y la opresión. Cualquier equipaje sólo contribuía a retrasar la revisión, que incluía la parte inferior del vehículo.

La muralla gris, de cemento mezclado con sangre, impresionaba a primera vista. Golpeaba los sentidos. Los tantos y tantos avisos de "está usted saliendo del sector americano" informaban de un tránsito físico pero no preparaban el ánimo. Aquella sinrazón de concreto armado desarmaba la esperanza. Desaparecía en la distancia de sus 120 kilómetros, cuatro metros de altura y 300 garitas -aprisionando la geografía urbana y el espíritu alemán-, mas persistía en el pensamiento y los sentimientos. Tanto más que una frontera, simbolizaba la división del mundo. La incomprensión y la intolerancia. La separación cimentada en ideas mutuamente excluyentes.

La muralla sucumbió, quiero pensar que para siempre, y los restos de su ruina son piezas de museo, de colección, de interés académico. Permanece, sin embargo, la simbología. El muro de Berlín no desaparecerá como testigo de una época, de un esfuerzo por subyugar el mundo en un canje de libertad individual por la ilusión colectiva del llamado socialismo real. Construido en 48 horas, animó la guerra fría durante casi 30 años.

Previamente, la guía había advertido de la importancia de contestar sin vacilación cualquier pregunta, no bromear ni cambiar más dinero que estrictamente el necesario: el marco de Alemania Oriental no valía nada allende sus fronteras. Cambio de moneda y también de ambiente y de guía, una señora gris por cuyos labios, si alguna vez se escapó una sonrisa, se debió a un mero descuido.

A los guías de Berlín Occidental no les permitían trabajar del otro lado. Podían contagiar la ortodoxia con un relato convincente de las atracciones turísticas del Berlín verboten, con sus cabarets decadentes, prostitución callejera y todos los excesos del capitalismo. Pero también el Berlín de hacer y pensar lo que viniese en ganas mientras no se infringiesen los derechos del otro; y sin temor a la Stasi, el pavoroso Ministerio para la Seguridad del Estado, con 173 mil calieses, 274 mil burócratas y 13 mil soldados: 2.5% de una población de 17 millones dedicada a espiar "la vida de los otros". Poder absoluto del aparato de seguridad estatal, incluso sobre la intimidad del ciudadano. El Gran Hermano en alemán.

Atrás el bullicio, quién sabe si hasta la alegría, el tráfago urbano, las luces de neón, el capitalismo de libertad para comprar, vender y empobrecer. La bellísima avenida Unter den Linden lucía desierta salvo por unos cuantos autobuses austeros para el transporte urbano y unos pocos carros Trabant "Made in the DDR", con su carrocería plástica y motor de baja cilindrada, inmortalizados en aquella foto famosa de uno de ellos en un contenedor de basura tras la caída del muro.

Unter den Linden se desliza aún con su atractivo de gran boulevard por el centro de la ciudad reunificada, y la generosidad de sus carriles se abre a vehículos de todas pintas y de gran cilindrada. De ella son nuevas dueñas esas máquinas alemanas legendarias que rezuman confort y potencia como emblema de una tecnología con sello de eficiencia, innovación y calidad.

Era una mitad de ciudad en luto permanente, con fantasmas de rostros adustos como habitantes, cargados de tormentos para los que no parecía haber remedio. La primera parada fue en un monumento de mal gusto en honor a los soldados soviéticos que liberaron la capital alemana. Unas coronas de flores recién depositadas servían de poco para disipar aquella percepción de tormenta más pesada que los tanques que formaban parte del cenotafio.

Berlín Oriental era otro mundo, al que se accedía por el Checkpoint Charlie y la rigurosa inspección del autobús turístico. Todos éramos sospechosos, todos éramos enemigos.

Más allá, recuerdo, el Museo de Pérgamo, el verdadero objetivo de mi incursión oriental aparte de la curiosidad natural de un periodista que creció cuando el anticomunismo era una inyección genética. La llamada Isla de los Museos ya no lo es en sentido figurado, y acoge sin barreras lo más granado de la oferta cultural y arquitectónica berlinesa. El Altar de Zeus destaca tan imponente como la primera vez que lo vi. Sin restricciones ahora, la visita a este museo nos devuelve al mundo de ensueño del clasicismo en un viaje real de trozos de arquitectura de la Roma antigua, el Asia Menor y la Grecia helénica.

En vano me busqué a mí mismo 28 años atrás en aquel bar desolado, ausente de la realidad diaria del ciudadano berlinés oriental, donde apuré sin prisas, fundidos en soledad mi silencio interior y el del entorno, aquella jarra enorme de cerveza espumosa, rubia como las valkirias, que me enfrió el cuerpo y renovó el espíritu, sobrecogido por la majestad del museo y la mediocridad de un régimen que lo ocultaba al mundo tras un muro de calamidades.

Casi la mayoría de los descampados que forzaron las bombas de los aliados ha desaparecido y mutado en edificios imponentes de vidrio y acero relucientes, precursores del nuevo Berlín y reminiscentes de la grandeza del viejo. Mejor en forma y fondo que aquella megalomanía urbana imaginada por Hitler y su arquitecto y favorito, Albert Speer.

La Cancillería de Hitler y Speer fue obliterada por los soviéticos, y un incendio intencional del Reichstag, el parlamento, sirvió de excusa para las barbaridades del nazismo en auge. El nuevo Reichstag se debe a un arquitecto inglés, el renombrado Norman Foster, y su cúpula de cristal transparente es una alegoría que no pasa inadvertida. El corazón de Berlín, Potsdamer-Platz, late de nuevo rescatado del colapso y del muro que lo partía en dos, ahora devuelto a quien le aproveche en un festival de formas, luces y espacios para el ocio.

Del muro original queda en pie poco más de un kilómetro, una pizarra de graffitis conocido como la Galería del Este. En su dimensión física, estos remanentes del paredón de la ignominia son una abertura al arte, a la creatividad: tal vez el mejor estímulo a la idea de que Berlín, sin fisuras ni ideologías, sea el verdadero encuentro de lo que queda del Este y el Oeste.

De Diario Libre.-

Friday, November 13, 2009

Cuando el olvido es defensa.-


Existen dos clases de olvidos.

Está el olvido no intencional, ese que es producto de la falta de memoria, el exceso de actividades que no da lugar a tenerlo presente todo o la suma de muchos años de vida que va deteriorando poco a poco la capacidad de retención.

Pero esta el olvido intencional. El olvido “de maldad” y “exprofesso”.

En este plano, el olvido es un recurso de autodefensa del ser humano.

El olvido es parte de conjunto de apoyos para que un ser humano se separe o distancie de realidades que no desea recuperar.

El olvido es la transferencia a la nada de las vivencias no deseables.

El olvido puede ser castigo respecto de lo olvidado.

Así como recordar es vivir dos veces, olvidar es enterrar definitivamente lo vivido.

Los seres humanos son la suma de sus experiencias, lecciones, capacidades e ilusiones.

Olvidar es cerrar episodios.

Olvidar es cerrar puertas existenciales que no volverán a ser abiertas.

Olvidar es una apelación para separarse de realidades.

Olvidar en enterrar para siempre vivencias personales.

El olvido es la cara pasiva del perdón.

Pero también es la cara activa de la venganza silente.

Olvidar es un recurso ideal en ciertas situaciones.

Olvidar es cerrar todo camino recorrido.

El olvido es una licencia que hay que darse alguna vez.

Olvidar, a veces, es defender la propia salud mental.

Y garantizarse el derecho a la paz frente a lo que pasó y que no hay forma de remediarlo.

Por: joserafaelsosa.com

Hombres Necios!


Arguye de inconsecuentes el gusto y la censura de los hombres que en las mujeres acusan lo que causan

Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual solicitáis su desdén, ¿por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia, y luego con gravedad decís que fue liviandad lo que hizo la diligencia.

Queréis con presunción necia hallar a la que buscáis, para pretendida, Tais, y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro que el que falta de consejo, él mismo empaña el espejo y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén tenéis condición igual, quejándoos, si os tratan mal, burlándoos, si os quieren bien.

Opinión ninguna gana, pues la que más se recata, si no os admite, es ingrata y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis que con desigual nivel a una culpáis por cruel y a otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada la que vuestro amor pretende, si la que es ingrata ofende y la que es fácil enfada?

Mas entre el enfado y pena que vuestro gusto refiere, bien haya la que no os quiere y quejaos enhorabuena.

Dan vuestras amantes penas a sus libertades alas, y después de hacerlas malas las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido en una pasión errada, la que cae de rogada o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar, aunque cualquiera mal haga: la que peca por la paga o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis de la culpa que tenéis? Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar y después con más razón acusaréis la afición de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo que lidia vuestra arrogancia, pues en promesa e instancia juntáis diablo, carne y mundo.

Colaboración YESL

Tuesday, November 10, 2009

ABRAZOS QUE LLEGAN AL ALMA

Ligia Minaya, Escritora

Un abrazo es lo mejor que se puede dar a otra persona, ya sea en un momento de tristeza, de derrota, de felicitación, de despedida y hasta cuando la muerte nos rodea. La unión de dos cuerpos fundidos en el tejido de unos brazos, no sé qué medicina contiene, pero sé que alivia de los males, del llanto, del dolor y nos trasmite un aliento que nos eleva por encima de cualquier mal. Cuando un hombre abraza a una mujer con ternura, trasmite en su lenguaje algo indescriptible que no tiene palabras para describirlo. Y si ese abrazo lleva a unas manos hasta la espalda y la recorre con suavidad, la sensación y el sentimiento que desata tampoco tiene adjetivos que digan a fondo lo que se siente. El abrazo trae una energía desde quien lo da, y genera una placidez en quien lo recibe, que no creo que exista alguien que lo pueda descifrar.

Hay todas clases de abrazos, desde los de plas, plas, plas, que se dan los políticos y los banqueros, hasta los abrazos rotos de Almodóvar. La fusión en un abrazo tiene su lenguaje y solo lo conocen dos cuerpos que se abrazan. Es cierto que hay abrazos que más bien son puñales que te desgarran el alma, como aquel que da quien te traiciona, quien te miente, los que dan los falsos, los mediocres, los canallas, pero ese tiene su lenguaje. Por más que apriete, que empalague, no trasmite nada más que un nudo de mentiras, invisible, aun así palpables. Está el abrazo del oso ¡pobre oso! que te deja la marca de una garra. Un abrazo estridente, apretado, sonoro, que no dice nada, solo aprieta.

Falsedad aparte, el abrazo es la comunión de dos almas que se aman, sea amor entre hombre y mujer, entre amigos o amigas, familia, madre, padre e hijos, hermanos o de un conocido que siente la necesidad de fundir su complicidad, su solidaridad contigo, en un abrazo. ¿Cuántas veces no hemos abrazado a un extraño, alguien a quien la vida ha dado un golpe duro, otro a quien los días han traído un buen regalo? ¿No ha abrazado usted a alguien que está a su lado sin saber su origen o procedencia? No, pues hágalo. El otro se extrañará, pero pasada la extrañeza, se sentirá feliz.

Quizás el comienzo de una reconciliación de pareja deba comenzar con un abrazo, y luego hablar. Tal vez el final de una relación deba ser con un abrazo. O entregar un regalo tenga por comienzo un abrazo. La noche debería terminar con un abrazo. El día comenzar con otro abrazo. Iniciar la cena, el almuerzo o el desayuno debería tener como aperitivo un abrazo. Y junto al abrazo, unas manos que rueden con ternura por la espalda. Y si a esto añadimos el recostar la cabeza en el hombro del otro sería la felicidad completa. Nada da tanto alivio como llorar abrazada y con la cabeza apoyada en el hombro ajeno, nada da tanto placer como reír o festejar entre unos brazos.

Si los hombres supieran cuánto significa un abrazo para la mujer amada, la abrazarían más. Porque un abrazo tiene el potencial de decirlo todo, a su tiempo, a su modo, algo que sólo la mujer abrazada sabe interpretar.

Si los hombres supieran cuánto significa un abrazo para la mujer amada, la abrazarían más. Porque un abrazo tiene el potencial de decirlo todo, a su tiempo, a su modo, algo que sólo la mujer abrazada sabe interpretar.

Denver, Colorado

Monday, November 9, 2009

Cuando ser mujer es el problema!

Diario El pais
lunes 9 de noviembre de 2009

Creo ser una librepensadora, un ser humano lleno de miserias y grandezas que no tolera las injusticias ni la desigualdad social.

"Cuando estoy en la calle grabando una entrevista los hombres me dicen cosas, algunas son insultos; otras, frases de mal gusto que no puedo repetir. (...) La situación de la mujer no ha mejorado. Es una cuestión cultural: la mujer siempre ha sido un elemento secundario".

Ser mujer es peligroso en Afganistán, sobre todo para aquellas jóvenes como Anese, de 25 años, que deciden escapar del burka de sus madres y abuelas y retarle a la tradición desde profesiones tan poco adecuadas como la de periodista de televisión. No es éste un país para heroínas ni adelantadas a su época ni para aquellos que discuten la inmovilidad de tanta grisura e injusticia.

Trabaja desde hace un año en Tolo, la cadena más popular del país. Allí son cinco las mujeres en un mundo de hombres. Tres presentan noticias y dos son reporteras. Anese pisa la calle cada día acompañada de un camarógrafo para filmar lo que es noticia. "Sólo me muevo por Kabul porque en las provincias es imposible. No podría salir con el micrófono. Nunca aparezco en la pantalla. Sólo pongo mi voz. A mi familia no le gusta que sea periodista. Mi padre es muy estricto y me prohibiría trabajar. Sentiría una gran vergüenza si todos me pudieran ver".
Viste un chador negro y se cubre parte del cabello con un pañuelo verde. Tiene unas manos grandes que no se corresponden a la dulzura de sus facciones. Mientras responde a las preguntas juguetea con un bolígrafo y garabatea en una libreta de notas. Parecen su burladero. La entrevista se realiza casi en la clandestinidad, en los jardines de un hostal, lejos de las miradas curiosas.
"Cuando estoy en la calle grabando una entrevista los hombres me dicen cosas, algunas son insultos; otras, frases de mal gusto que no puedo repetir. (...) La situación de la mujer no ha mejorado, en las aldeas sufren malos tratos. Es una cuestión cultural: la mujer siempre ha sido un elemento secundario".
En el autoescuela Usmani, cerca del teatro nacional de Kabul, son tan modernos que enseñan a conducir a las mujeres que lo desean y pagan por ello. No muchas se atreven a romper el tabú. El volante es cosa de tipos rudos que mascan palillos, se hurgan la nariz sin esperar al semáforo que nunca funciona y meten el capó porque cada cruce es un campo de batalla. En Uslami los machos peatonalizados no se conforman con su rol de mirones y vagabundean por los alrededores para llamar putas a las aspirantes. Lo mismo le sucede a Anese en sus reportajes. Puta es toda aquella mujer que cree en la libertad.
Anese dice que es un trabajo duro y recuerda a las dos periodistas asesinadas, Zakia Zaki de Peace Radio y Shakiba Sanga Amaj, popular presentadora de televisión. "Siempre quise hacer este trabajo. Desde que tengo 12 años". Pese a su coraje reconoce que si su padre le prohibiera seguir en televisión tendría que dejarlo. "Soy musulmana y debo obedecerle". El padrem que mucho refunfuña hacia fuera, más para combatir el qué dirán, debe guardar en su interior algún sentimiento de satisfacción y orgullo por lo que hace su hija. Eso o quizá sean los 500 dólares que Anese gana al mes lo que ablanda la jerarquía de valores, que cuando más estrictos parecen los padres más histrionismo llevan encima.

Preguntada qué haría si su futuro marido le pidiera dejar el empleo, Anese sonríe desde un hilo de travesura: "Tendría que negociarlo con él antes y establecer las condiciones para evitar sorpresas, pero además de hacer televisión sé escribir y podría dar clases".
Para las mujeres como ella, que escaparon del analfabetismo que lastra al 84% de las afganas, todo es diferente: saben que existe la posibilidad de elegir y eligen. "La educación es la única arma, un derecho esencial, pero sólo es posible ejercerlo cuando hay paz".

Arte de coser palabras.-

FEDERICO HENRÍQUEZ GRATEREAUX

El escritor coloca unas palabras al lado de otras; y las cose con el hilo delgado de la coherencia o del sentido; construye así una “superficie verbal plana”. El lector, engañado, estima que el texto tiene tres dimensiones. Ese es el prodigio de la literatura: crear una trampa para los ojos y el pensamiento. En forma parecida, los albañiles acomodan baldosas en el suelo hasta “ensamblar” superficies niveladas, transitables, uniformes. El escritor es un tejedor que aplica puntadas con dos agujetas: el razonamiento y la emoción. Al final, nos entrega una tela capaz de arroparnos enteramente.

Los hombres prácticos, dotados de “espíritu científico”, no pueden creer que poner una palabra detrás de otra conduzca a ninguna parte. Aseguran que las palabras no tienen vida propia. Piensan que el “contenido” de los artículos económicos “lo determina” el movimiento de las bolsas, el precio del petróleo. Las palabras no son “independientes” de los sucesos. Sin embargo, el “demente sentencioso” de la ciudad colonial afirmaba: “si usted vocifera malas palabras en la boca de un pozo, el eco retumba y las malas palabras suben y bajan, como si fueran repetidas por tenores y barítonos. La tierra mantiene calientes las voces, lo mismo que lava dentro de los volcanes”. El demente también hizo experimentos exitosos con “palabras decentes”.

Mi madre me explicó desde niño que no tenía igual valor el trabajadísimo bordado a mano que el simple bordado a máquina. Las enseñanzas maternas perduran hasta la vejez. Leche materna, lengua materna, son influencias decisivas en la vida de los hombres. Antes los escritores colocaban “a mano” las palabras sobre el papel. Eran escritos hechos con pluma. A las imprentas se entregaban “manuscritos”. Después, la máquina de escribir obligó a los escritores a “tocar las teclas”. De todas maneras, el escrito seguía haciéndose “a mano”. Había que poner una palabra junto a la otra.

Cuando leí “La conciencia y la máquina”, de Roman Ikonicoff, comencé a interesarme en la historia de la “inteligencia artificial”, el conjunto de técnicas que nos condujo a la computadora actual. El arte de coser palabras es un “arte manual”. Si inventáramos una máquina de coser palabras: una “Singer” sintáctica ¿podría surgir una literatura automática artificial?

Thursday, November 5, 2009

Haití está ahí!

Colombo

Ayer, ante el Primer Foro Binacional de Invernaderos República Dominicana-Haití, que propone una promisoria alianza de negocios, reiteré lo que he dicho y lo que digo: Haití está ahí. Del otro lado de la fronte­ra. En la isla de Santo Domingo o Saint Domingue, como usted quiera mirarlo. Al Oeste de República Dominicana, que es un país situado al Es­te de Haití, si es que con la globalización y el mundo unipolar la rosa de los vientos no ha cambiado. Es una república embar­gada, ciertamente, pero es una repúbli­ca tan grande y real como sus veintisie­te mil kilómetros cuadrados. Tiene un territorio y, como diría Pedro Mir, "un buen pe­dazo de cielo" que cobija a todos sus humanos. Tiene un gobierno débil, pero cuyo deber es hacer valer las aspiraciones de los haitianos. Haití ha tenido un sue­ño de felicidad por mucho tiempo pateado, pero si­gue teniendo ese sueño. Tiene una histo­ria heroica, como son las historias de to­dos los pueblos, y tiene también poetas esperanzados. Tiene venas telúricas de­rruidas, que son las mismas que noso­tros pisamos. Haití siempre necesitará el apoyo de un buen vecino sensible ante su condi­ción de pueblo derrotado. Si no vemos hacia Haití con ese espíritu, con la deci­sión de asumir un compromiso solida­rio, de nada servirá ningún tratado, nin­gún discurso retórico, ningún compro­miso formal, ningún protocolo diplomá­tico.