ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS. Una pobre victoria para Michael Bloomberg, pero grandes avances en otro lado.
El día de las elecciones en Queens, un votante le preguntó a una compañera newyorkina sobre cómo usar la máquina de votación. "Dulzura", ella le contestó en un humeante acento de New York, "siempre y cuando votes por Bloomberg, no importa", y cuán correcta estaba. Michael Bloomberg, el actual alcalde independiente de New York venció por muy poco margen a Bill Thompson, su desconocido y mucho más pobre rival demócrata. En lo que resultó ser una vergonzosa y estrecha victoria, Bloomberg ganó por sólo un 5%, días después que las encuestas lo señalaban adelante por dígitos dobles. Esto estuvo muy lejos de su victoria por un 20% en el 2005.
Se considera que Bloomberg gastó US$100 millones para ganarse un tercer período en la alcaldía, excediendo los US$85 millones que gastó la última vez y los US$74 millones que invirtió en el 2001. Aunque para un hombre que vale US$17 mil millones, más que cualquiera en New York, esto representa sólo unas cuantas monedas. Que esto sea bueno para la democracia o no, es otra cosa. Michael Bloomberg pudo superar en gastos a su rival por alrededor de 16 a 1.
Bill Thompson debe estarse preguntando cuál hubiese sido el resultado si él hubiese tenido más que un apoyo simbólico de sus amigos demócratas, o si Bloomberg no hubiese bombeado esta obscena cantidad de efectivo para asegurar su victoria. Barack Obama apoyó a medias la elección de su partido, y aunque hizo campaña con mucho entusiasmo por Jon Corzine en New Jersey varias veces, no cruzó el Hudson ni una sola vez para apoyar a Thompson.
Michael Bloomberg difícilmente puede ver su victoria como un mandato en su tercer período. Las encuestas a boca de urna sugieren que los votantes estaban desencantados con sus maniobras políticas del año pasado para variar los límites de su período, aunque muchos entienden, y con justeza, que él ha sido un buen gerente. El crimen está en baja, las escuelas están mejorando y ha rediseñado la ciudad a través de su re-zonificación.
Situaciones de suspenso fueron la norma en las elecciones a las alcaldías en el resto del país. Habrá segunda vuelta en Houston y en Atlanta. Annise Parker, contralora de la ciudad, puede convertirse en la primera alcalde de Houston abiertamente homosexual. Ella se enfrentará a otro demócrata, Gene Locke, otrora abogado de la ciudad y quien puede convertirse en el segundo alcalde negro del pueblo. Y en Atlanta, Mary Norwood, concejal de la ciudad, aspira a convertirse en la primera alcaldesa blanca en una generación. El próximo mes, ella se enfrentará a Kasim Reed, un senador estatal de raza negra. La carrera por la alcaldía de Seattle estaba empatada cuando The Economist estaba en la imprenta. Mike McGinn, un ambientalista, todavía está peleando con su copartidario demócrata John Mallahan, un ejecutivo de T-Mobile, quien gastó tres veces más que su oponente (1). Mientras tanto, Tom Menino, fácilmente ganó un quinto período sin precedentes en Boston. Y un pagano fue elegido al consejo de la ciudad de New York.
Nota: (1) En Seattle, Mike McGinn ganó la alcaldía, con 4,939 votos de ventaja sobre John Mallahan.
En lo que resultó ser una vergonzosa y estrecha victoria, el señor Bloomberg ganó por sólo un 5%, días después que las encuestas lo señalaban adelante con dígitos dobles. Esto estuvo muy lejos de su victoria por un 20% en el 2005.
© 2009 The Economist Newspaper Limited. All rights reserved.
De The Economist, traducido por Diario Libre y publicado bajo licencia. El artículo original en inglés puede ser encontrado en www.economist.com