En todo Japón, los nuevos graduados de las universidades comienzan a trabajar el 1 de abril - en un empleo que algunos presumen mantendrán de por vida. Es casi imposible ser contratado para una posición que conduzca a un puesto ejecutivo en otro momento del año, o más tarde en su vida. Este año, las empresas han reducido sus contrataciones debido a la crisis económica. Esto ha elevado las perspectivas de una segunda "edad de hielo", similar al congelamiento del empleo durante la recesión económica de Japón en la década de los 90.
Aproximadamente el 20% de los estudiantes que se graduarán este mes no tienen ofertas de trabajo, un seis por ciento más que el año pasado y el número más alto desde que se registran las estadísticas desde el año 2000, durante la crisis bancaria de Japón. Peor aún, casi la mitad de las grandes y medianas empresas no tienen planes de emplear a ningún empleado "regular" este año.
Sin ese codiciado estatus, los trabajadores están condenados a empleos temporeros o de medio tiempo. No tienen seguridad en el empleo, ni acceso a capacitación ni a bonos semestrales (que representan cerca del 20% del ingreso de los empleados regulares). Sus salarios pueden ser tan pequeños como un 40% del salario de un empleado regular.
Las castas más bajas también pierden beneficios generosos, tales como asignación de transporte, pensiones de las empresas, seguros subsidiados y vacaciones pagadas (a pesar de que desde hace mucho tiempo los empleados regulares han sido presionados a no tomarlas, para mostrar su dedicación a la compañía). Con frecuencia son incluso obligados a pagar más por las comidas en las cafeterías de las empresas. En algunas fábricas, los trabajadores usan overoles de diferente color de acuerdo a su estatus de empleo - parecido a los "alphas" y "epsilons" de la novela de Aldous Huxley "Brave New World".
Pero hasta los trabajadores regulares están sintiendo la presión en estos días. Los salarios han estado estancados o han declinado durante las dos "décadas perdidas" de Japón por el malestar económico (ver el gráfico). En el 2009, los bonos en las grandes compañías fueron reducidos en un 15%. El empleo de por vida, aunque todavía persiste, ya no está garantizado. Muchas compañías imponen una "jubilación temprana" a trabajadores en sus cincuenta como una forma de disminuir costos sin abandonar públicamente la seguridad en el empleo.
Felizmente, los datos divulgados este mes muestran un aumento salarial en enero por primera vez en casi dos años - aunque sólo fuera de un exiguo 0.1%. El empleo también aumentó ligeramente, aunque las empresas prefieren incrementar las horas extras en lugar de emplear nuevo personal. Las grandes empresas están preparadas para ofrecer un incremento salarial modesto, principalmente vía los bonos, durante las negociaciones anuales "shunto" ("forcejeo de primavera") entre los sindicatos y la administración.
Los grandes fabricantes japoneses están observando un "boom" de las exportaciones a consecuencia de la recuperación económica mundial. El incremento salarial sugiere que se está empezando a compartir más los beneficios corporativos con los empleados. Pero los beneficiarios son los trabajadores protegidos de la generación más vieja. El clima para los trabajadores jóvenes está más congelado que nunca.
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De The Economist, traducido por Diario Libre y publicado bajo licencia. El artículo original en inglés puede ser encontrado en www.economist.comDe Diario Libre