Para ganar elecciones el PLD ha girado a la derecha. Para perderlas, el PRD siempre ha hecho lo mismo.. Ambos han recurrido al clientelismo balaguerista, pero sólo para perder ante la historia.
A su paso por el poder, ambos han generado castas de nuevos ricos que luego le patrocinan en sus años de oposición, mientras el precio de esas prácticas de corrupción, prevaricación, nepotismo, es la confirmación de que en el país la pobreza no cesa y la desesperanza aumenta.
Pero hay algo más grave: Ambos han teorizado hasta el cansancio, han reflexionado hasta la siesta sobre casi todo, pero a la hora de los hechos, en el supremo momento de enfrentar intereses, romper amarras con los de siempre, siempre ha habido un pretexto, un vengo ahorita, un poquito para atrás por favor. Hoy, resulta -y es un cólico nefrítico admitirlo- que ese Balaguer de todos nuestros rencores, tan genial para el mal y creativo para incitar miserias humanas, fue más feminista que las greñudas liberales cuando llegan al poder, pues por lo menos el oráculo de Navarrete nombraba de gobernadoras provinciales a las damas, aunque La Banda Colorá le matara luego algún sobrino. Cuando ni Eleuterio ni Luis Carvajal hablaban todavía del amor por lo verde, ya el Doctor se inventaba parques miradores en el Sur y el Norte, y hacía “rabietas de hijo único” en la oposición, cuando uno de estos gobiernos de postalitas y public relations le arrancaba una matica de cualquier cosa en El Mirador Sur.
El PRD y el PLD han gobernado casi 22 años pero atrapados en los fantasmas de Balaguer, de la derechona y sus malas artes. Y ahí están los resultados, medidos no en decibeles sino en desesperanza. Tal que entonces, resulta ahora que contra Balaguer vivíamos mejor, eso, y no me malinterpreten: con Balaguer entre muerte y latrocinio, entre ladrones y asesinos, teníamos por lo menos la posibilidad de la esperanza, y hasta la adolescente seguridad de que la patria era una opción verdadera, y en cada club, en cada escuela, se escuchaba el poema: “Mañana, hijo mío, todo será distinto”.
Colaboración de YESL.-