De Homero Figueroa
La realidad dio la razón a Heráclito. Lo que no cambia degenera. El agua estancada se torna imbebible. La corriente, el fluir que es cambio, la limpia de impurezas. La sociedad es un rio que si no fluye se estanca. La nuestra, hace rato que no se mueve. Esa obsesiva defensa de la inamovilidad, esa fallida filosofía parmenidista gubernamental del no cambio impide el progreso. El presidente Fernández gritó es pa'lante que vamos y nadie dio un paso. Estamos en el mismo lugar. Lo peor, con el mismo equipo. La impureza del estanque gubernamental está enfermando a toda la sociedad.
hfigueroa@diariolibre.com
La realidad dio la razón a Heráclito. Lo que no cambia degenera. El agua estancada se torna imbebible. La corriente, el fluir que es cambio, la limpia de impurezas. La sociedad es un rio que si no fluye se estanca. La nuestra, hace rato que no se mueve. Esa obsesiva defensa de la inamovilidad, esa fallida filosofía parmenidista gubernamental del no cambio impide el progreso. El presidente Fernández gritó es pa'lante que vamos y nadie dio un paso. Estamos en el mismo lugar. Lo peor, con el mismo equipo. La impureza del estanque gubernamental está enfermando a toda la sociedad.
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