Los países que se han desarrollado en la era moderna, lo han hecho aceptando una serie de normas de vida y una ética que facilitan el progreso económico y social, fomentan la fraternidad (aunque sea forzada) y promueven el ejercicio de la sana filantropía.
Cuando se viaja a distintas ciudades del mundo desarrollado, por doquier se observa la mano filantrópica que ha permitido levantar teatros, escuelas, estadios y que auspicia estudios, investigaciones y acciones positivas.
Por supuesto, una correcta visión desde el Estado es lo que ha permitido que el sector privado colabore con el bienestar general, pero es la ética y la visión de la gente, su apego a valores de laboriosidad, honestidad, frugalidad y tolerancia, los que han asegurado el progreso económico, político y social en todos los órdenes.
Buscando, me encontré con estos pensamientos de Mahatma Gandhi, que bien pudieran ser una especie de credo para los dominicanos que desean tener sentido de dirección en sus vidas:
"Humildemente me esforzaré en amar,
en decir la verdad, en ser honesto y puro,
en no poseer nada que no me sea necesario,
en ganarme el sueldo con el trabajo,
en estar atento siempre a lo que como y bebo,
en no tener nunca miedo,
en respetar las creencias de los demás,
en buscar siempre lo mejor para todos,
en ser un hermano para todos mis hermanos."
Que el espíritu de la Navidad nos aliente a ello.
atejada@diariolibre.com
De Diario Libre
