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De Diario Libre
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¿Cuánto duraría en el poder un líder que decidiera romper con los malos hábitos de los dominicanos y apoyara decididamente la institucionalización del país?
La pregunta es relevante porque muchos de los rasgos negativos en el comportamiento de hombres e instituciones han pasado de ser hechos aislados para convertirse en una especie de cultura que se resiste a morir.
¿Bastaría, por ejemplo, para acabar con la corrupción, que se hiciera un aumento de salario? Nadie en sus sentidos pensaría que sería suficiente.
¿Aceptaría la población que se redujera el número de empleados gubernamentales y el tamaño del gobierno, y se dieran más atribuciones a los ciudadanos para controlar áreas vitales de nuestras vidas? Como se ven las cosas, no saldríamos de una huelga y de un grito de que "el mundo se está acabando".
¿Pagaría todo el mundo sus impuestos si supiera que hay una administración honrada que los invertirá en beneficio de todos? Pudiera ser, pero existe tanta desconfianza que la gente esperaría a ver si eso sucede.
Por esas y otras razones es que mucha gente está comenzando a pensar que se necesita un cambio radical para que el país comience a desandar senderos de orden y paz.
Huntington hablaba de que muchos de nuestros países necesitarían un régimen "pretoriano" para alcanzar objetivos nacionales que son imposibles de lograr si la población sigue entendiendo la libertad como igual a vivir como chivos sin ley.