El problema del mundo globalizado es que no todo el mundo se ha globalizado. Por ejemplo, la economía es global, pero no la política. Las instituciones económicas, las empresas, se han organizado como organizaciones sin patria, mientras que las instituciones políticas siguen respondiendo como organizaciones nacionales. Las grandes crisis, que son las únicas verdaderas, se producen por un desajuste entre las instituciones creadas por el hombre y la realidad. Los problemas globales no tienen soluciones locales. La historia reclama reformar las instituciones políticas internacionales para dotarlas de capacidad para regir la política que demanda la globalización. El problema: ¿Hay cabezas?
De Homero Figueroa